martes, 22 de octubre de 2019

Judith Döker: Heroes of War


Vida cotidiana en campos de refugiados en el Líbano, éste es el subtítulo de la exposición Heroes of War, de la fotógrafa alemana Judith Döker en el Instituto Goethe de Madrid. Son el carnicero, el peluquero, los niños y los adultos,... La exposición parece querer mostrar estas vidas a través de imágenes sin enmarcar, como si acabaran de salir del laboratorio de revelado y suspendidas con pinzas esperando secarse, sin la aureola de un marco ni el filtro de un cristal que las proteja, sino directas al espectador, sin título y sin nombres. Lo más interesante es, no obstante, la interpretación que de su obra y la percepción humana de ese entorno nos ofrece la propia autora.


Lo que más me interesa como ser humano -y por tanto también como fotógrafa- es la fuerza que hay en nosotros, los humanos. Quiero hacerla visible. En este caso, hacer visible la enorme voluntad de vivir de la gente que conocí en los campos de refugiados libaneses.


Si los refugiados no son instrumentalizados por la política y los medios de comunicación como "peligro potencial", el sufrimiento de las personas suele pasar a un primer plano. Es comprensible. Sin embargo, es igualmente importante no reducir a los que han huido a un papel de víctimas en la percepción pública, pues con esto no se les hace justicia.


Mi experiencia es que las personas que han huido de la guerra y de los desastres humanitarios están llenos de esperanza, a pesar de todo. Aman. Están vivos. Y aunque su futuro es completamente incierto, tienen la fuerza para adquirir nuevas habilidades para armarse para una vida tan diferente a aquella para la que fueron preparados. El enorme poder de los niños para superar las adversidades de la vida y sentir alegría en el aquí y ahora también me conmovió profundamente.

Para mí, estas personas son héroes porque demuestran de qué son capaces cada día de superarse a sí mismos.


Heroes of War, Vida cotidiana en campos de refugiados en el Líbano, de Judith Döker, en Goethe-Institut Madrid, calle Zurbarán, 21 de Madrid.

lunes, 14 de octubre de 2019

Elliott Erwitt

LEICA GALLERY



La virtud de los clásicos, en este caso Elliott Erwitt, es que facilitan al espectador la visión de sus obras, porque no hay que analizarlas apenas, sino que sencillamente hay que contemplarlas y disfrutarlas. Para esta entrada tan solo hacer dos breves comentarios; uno del propio Erwitt que reproduce la hoja informativa de su exposición Personal Best for Leica, en Leica Gallery: "Se trata de reaccionar a lo que se ve, de esperar sin prejuicio. Puedes encontrar fotos en cualquier lugar. Es simplemente una cuestión de darse cuenta de las cosas y organizarlas. Sólo tienes que preocuparte por lo que te rodea y preocuparte por la humanidad y por la comedia humana".


La segunda, también de la hoja, al margen de su brevísima semblanza personal y profesional y con un lacónico "Elliott Erwitt es uno de los fotógrafos más prestigiosos del mundo", es la forma en que se han de ver las imágenes de esta espléndida exposición, con la misma paciencia y con la misma humanidad que fueron hechas, intentando introducirse y buscar en ellas no ya las "imágenes icónicas" que se muestran, sino descubrir en ellas ese "humor encantador" que desprenden.




Personal Best for Leica, de Elliott Erwitt, en Leica Gallery, en la calle José Ortega y Gasset, 34 de Madrid, hasta el 30 de octubre de 2019.


THE FIRTS OF A MILLION KISSES

Portada del disco de grupo escocés Fairground Atraction de 1988 The first of a million kisses con una fotografía de Elliott Erwitt. Es habitual encontrar imágenes de grandes fotógrafos en portadas de discos y libros de bolsillo aunque en casi todas las ocasiones no suelen aparecer el nombre de éstos.

Fairground Attraction - The first of a million kisses


FUNDACIÓN CANAL

En la Fundación Canal, en plaza Castilla, exposición Al descubierto de marzo de 2022 con obras de varios autores, fotografías de la colección Howard Greenberg, marchante y coleccionista estadounidense, un fascinante archivo con más de casi 30.000 fotografías. De entre las fotografías de la colección traigo ésta, Hollywood, firmada Elliott Erwitt. La imagen, como casi todas que pude tomar en la exposición es bastante deficiente, reflejos incluido, pero no me he resistido a incorporarla a esta serie.

ERWITT, Elliott (1956) Hollywood. Gelatina de plata. Copia posterior


jueves, 10 de octubre de 2019

Carlos Baonza: Escotomas


La originalidad de esta exposición de Carlos Baonza está en el concepto mismo de las obras, un ejercicio tan arduo como personal. Carlos Baonza es un pintor que, según el tríptico de su exposición Escotomas, "se inicia en la actividad artística de forma autodidacta en relación directa con otros artistas consolidados". Quizá con esta breve texto comprendamos mejor la originalidad de su obra, no ya la expresividad de los retratos o la alegre ingenuidad de sus collages, sino porque Baonza no se limita a pintar sobre la tabla, sino que las interviene con pequeños grabados que luego resalta y son base de su pintura.


Pintura, grabado, collage. El artista utiliza estas técnicas para dotar de expresividad a sus personajes -una amplia experiencia y trayectoria respalda su propuesta-, personajes serios unos, alegres y dicharacheros otros, los más los collages que nos sugieren unas figuras plenas de espontaneidad y frescura; y son estos pequeños grabados en torno a los que esboza las auras de los retratados o simplemente sirven para rellenar el fondo sobre el que los resalta dotándolos de esa espontaneidad no exenta de rigor y oficio.


No obstante, no conviene quedarse aquí, sino recomendar la visita a la galería donde podremos observar esa amplia gama de formas y matices que parece ocultarse en la tabla bajo la piel tenue de una capa de pintura y disfrutar de la excelente y original obra de Carlos Baonza.


Escotomas, de Carlos Baonza, en Galería Orfila, en calle Orfila, 3 de Madrid, hasta el 21 de octubre de 2019.

jueves, 3 de octubre de 2019

Manuel Díaz Meré: Retratos


Al entrar en la galería Antonio de Suñer nos recibe, a la derecha, un cuadro de gran tamaño, el que encabeza esta entrada, obra exquisita del pintor Manuel Díaz Meré. Sobre este lienzo dice la hoja informativa, "con delicadeza y muchos meses ha pintado Las Uriarte, un retrato del amor profundo de una madre por su hija. Ambas reposan en la cama, la toma es cenital. La tonalidad, clara. La luz inunda el espacio detallado con realismo; ..."; tanto esta obra como la que se le enfrenta, otro retrato: Lucía am komponierern, plasma la tendencia, creo que acertada, de algunos artistas jóvenes de trabajar en la figuración, la búsqueda de la forma y el color para dar vida a los personajes retratados; "no le atrae el abstracto" -recuerda la hoja-, pero tampoco se sumerge en un hiperrealismo carente de alma, sino que trabaja la escena y busca en sus retratados la complicidad necesaria para darles vida sobre la tela o sobre la tabla, y sabe arrancar de ellos esa crónica viva que permite al espectador ver algo más, descubrir algo más en su pintura "porque, como todo buen retrato, afecta" y debe trascender a quien contempla la obra.


La visita a la galería esa tarde fue un verdadero regalo; poder charlar con el artista sobre su gusto y su técnica, oír los relatos, las pequeñas historias que rodean sus obras, desde la quietud de las modelos a la elección de los colores, las capas de pintura, las imprimaciones, los bocetos, los juegos con los fondos que emergen vacíos para complementar la composición, absorbiendo la luz, comentando los detalles que luego plasma en su obra. Sin lugar a dudas, magnífico.


Retratos, de Manuel Díaz Meré, en la galería Antonio de Suñer, en calle Barquillo, 43 de Madrid desde el 5 de septiembre de 2019.

martes, 1 de octubre de 2019

Abraham Lacalle

EXPOSICIÓN: OBRA GRÁFICA, EN GALERÍA MARLBOROUGH. MADRID


Este grabado, Aire acondicionado, de gran tamaño, 175 x 143 cm. de 2007, formaba parte de una muestra de obra gráfica en la Galería Marlborough, de Madrid. Es copia 8 de 20, y estaba acompañada de la obra de otros artistas, como Martín Chirino, también de gran formato.


COLECCIÓN JULIÁN CASTILLA

La obra que vemos a continuación se encontraba en la exposición Colección Julián Castilla. Miradas de un coleccionista, en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). Una interesante muestra sobre la colección privada  el mecenazgo. Así describe la obra de Lacalle la cartela de la exposición:

La obra del artista Lacalle se caracteriza por su gran colorido y sus referencias clásicas a artistas modernos como Picasso, Guston o Mondrian. Su subjetividad en el tratamiento de colores primarios y planos crea espacios diáfanos con líneas de perspectivas claras y lugares siempre prenetrantes. Así, el espectador reconstruye fácilmente la representación. Sus cuadros se basan en la literatura, la historia y el ensayo, sin perder nunca las referencias visuales a la realidad.

Termotopo (2007 Óleo sobre lienzo. 150x150 cm.
A continuación, a modo de curriculum del artista, comenta sus inicios en la década de los años ochenta; gana una beca de la Casa Velázquez en 1994; su primera exposición la hizo en la galería Fúcares de Almagro (Ciudad Real) en 1989, y que esta obra, Termotopo se expuso en la Galería Marlborough de Madrid en 2007.


EXPOSICIÓN: NO UNA VENTANA, EN GALERÍA MARLBOROUGH. MADRID


Nada más entrar en la Galería Marlborough para ver la exposición No una ventana de Abraham Lacalle, nos invade una fuerte sensación de sorpresa frente a unos lienzos enormes, una veintena, que inundan los ojos del visitante con colores cálidos y vibrantes; en el espectador se atropellan y acumulan recuerdos de estilos ¡Qué fauvista! parece desprenderse de parte del conjunto; mientras otro espectador cree ver en las obras un sello impresionista que transita hacia el expresionismo. Una mirada más minuciosa nos descubre una pincelada ancha, larga y enérgica que va conformando los paisajes que en ocasiones parecen recrear al postimpresionismo de van Gogh -quizá sea por una figura que recuerda la siesta de un campesino en uno de los lienzos- aunque la mayoría de los cuadros, casi abocetados, transmiten la sensación de inacabados, sin llegar a cubrir la tela y sin la abundancia de material pictórico de impresionistas y expresionistas a los que remite al fin la mayoría de las obras.


Así, el espectador vecino, parado frente a unos de los lienzos, reclamaba la atención del movimiento, la armonía y la fuerza del cuadro; los colores vivos y cálidos, la pincelada brutal y justa en su medida que indica cuándo ha de darse por concluido el cuadro. Y he de confesar que tuve que recurrir a las obras de Nolde, Pechstein, Heckel y Kirchner, e incluso a Derain, para sumergirme en los cuadros de Lacalle y disfrutar de ellos y los colores, en ocasiones excesivamente vibrantes, como esos troncos de alcornoques desnudos que quien los ha visto sabe reconocerlos, o esas piedras y esos árboles perfilados; los azules, rosas, amarillos y rojos que nos obligan a preguntarnos por los colores puros en la naturaleza. Todo ese cúmulo de emociones que se agrupan en la mirada y en el conocimiento, y hacen de la muestra un arduo trabajo didáctico no solo de estilo y color, sino de sentimientos.


No una ventana, de Abraham Lacalle en Galería Marlborough, en calle Orfila, 5 de Madrid, hasta el 05 de octubre de 2019.