domingo, 29 de enero de 2023

Cerámica de El Puente del Arzobispo

Decoración de gran cuenco. Serie polícroma. S. XVIII. Col. Marqués de Benavites

Visita al Museo Provincial de Ávila donde encontramos una interesante colección de cerámica con piezas de Talavera, Alcora, Manises y ésta de El Puente del Arzobispo (Toledo). La mayoría de las piezas son de la colección Marqués de Benavites, aunque en esta entrada incluiré alguna particular más moderna. La cartela informativa del museo nos introduce en la loza, con unos apuntes técnicos que nos ayudará a comprender la particularidad de "un tipo de cerámica caracterizado por llevar un baño blanco de vidriado con estaño que la impermeabiliza, e ir decorada por encima con óxidos de diversos colores aplicados con pincel. Su proceso se basa en dos cocciones: la primera fija la forma y la segunda la decoración. Es una técnica derivada de las islámicas, que tiene su auge en la Edad Moderna".

Gran cuenco. Serie polícroma. S. XVIII. Col. Marqués de Benavites

Las lozas castellanas, -continuamos leyendo la cartela- tienen sus centros más importantes de producción "de los siglos XVI y XVII en Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, ambas en Toledo y muy cercanas entre sí, con una producción muy afín y difícil de distinguir". Destaca que su producción está muy presente en todos los estamentos sociales, y aunque "siendo considerada la loza talaverana como la cerámica por excelencia por los escritores del siglo XVII". Como hemos visto con anterioridad, la de Talavera tiene su origen en proveer a clases altas con un fin más decorativo que práctico, mientras que otras, como las de Teruel, están dirigidas a usos cotidianos por lo que prima más su fortaleza que su decoración.

Plato. Serie polícroma. S. XIX. Col. Marqués de Benavites

Al estar El Puente del Arzobispo cercano a Talavera, su producción es tan similar a la talaverana que tiende a confundirse, no obstante hay momentos en que por su singularidad y capacidad de producción fue superior a la de Talavera. Según el catálogo de la Comunidad de Madrid sobre la Cerámica de Talavera, en el que se incluye una breve nota sobre la cerámica de El Puente, "en 1624 ya se labraba en El Puente loza similar" a la talaverana, siendo reconocida "según informan las tasas de precios de Sevilla (1680)". Se observa -continúa- "una especialización en piezas 'ordinarias de vidrio común', incluso de la serie llamada tricolor con motivos dentro de círculos o 'estrellas de plumas', 'helechos' y 'hojas de palma'" destinadas a clases de bajo poder adquisitivo aunque manteniendo la calidad de su producción. Tal fue su calidad que en 1777 obtuvo franquicia real llegando a mantener 13 alfares entre 1755 y 1791, un número superior a la de Talavera

Plato. Serie polícroma. S. XVIII. Col. Marqués de Benavites

Hasta el siglo XVIII -continuamos con el catálogo de la Comunidad de Madrid- se utilizaron las mismas arcillas que en Talavera; a partir de ese momento comenzaron a explotarse arcillas locales y se empleó una paleta de colores que la van a diferenciar de la talaverana; se van a añadir "líneas en azul de cobalto en las series polícromas o fondos de color ocre o menos blancos por contener menor porcentaje de óxido de estaño". Es esta falta de estaño en los vidriados la que explica que en la técnica de fabricación tradicional la cocción de las lozas de El Puente se hacían a temperaturas por lo general algo superiores a las de Talavera.

Plato. Serie polícroma. S. XVIII. Col. Marqués de Benavites

Las anteriores piezas se pueden ver en el Museo Provincial de Ávila, en plaza Nalvillos, 3 de Ávila.


Plato. S. XX. Col. Particular

Firma del artesano: A.V.  P. Arzobispo

Palmatoria. S. XX Col. Particular

Para esta entrada he consultado además de la cartela del Museo Provincial de Ávila, la siguiente documentación:

Cerámica de Talavera, textos de Jame Coll Conesa, Comunidad de Madrid, Nuevo Baztán, 2021

jueves, 19 de enero de 2023

Coro López-Izquierdo

Bicicletas en Gante 2 (2019) Óleo y collage sobre lienzo. 89 x 116 cm
 
Los dos cuadros que hay en el escaparate de la galería fueron los que me decidieron entrar. Dos obras realistas, dos fachadas, claras, limpias, iluminadas, mucha luz. Hacía pocos días había vuelto a ver la obra de Amalia Avia, también en la calle Alcalá, al otro lado de Cibeles. Pensé que quizás podía ver cómo debían ser las obras de Avia antes de que la patina del tiempo las oscureciera -siempre he tenido la duda de que sean tan oscuras-; pero al entrar en la sala se percibe que la realidad es otra, los tiempos son distintos, el tiempo que le ha tocado vivir a artista es otro, es diferente. El de Avia es pura oscuridad, atmósferas cargadas de pesadumbre, que a penas vislumbra futuro, ni alegría, introvertido, callado, donde el color se despliega hacia adentro, en interiores tan íntimos que el tiempo parece haber desgastado a los protagonistas; el tiempo de López-Izquierdo es luminoso, extrovertido, sin límites, tanto en el espacio como en el tiempo. Ambas acuden a la huella que deja el hombre en las fachadas y en el paisaje, la primera, Avia, con un leguaje sombrío, la segunda, López-Izquierdo, al abrigo de la luz.

Pantano, detrás izquierda 10-V-20 (2021)
Óleo y fotografía sobre aluminio 30 x 30 cm.

La producción de López-Izquierdo es variada, tanto en el soporte como en la técnica. En esta exposición, La ronda de las ciudades, la pintora trabaja sobre lienzo, aluminio y tabla; utilizando óleo, fotografía y collage. La obra más vistosa quizá sea el óleo y fotografía sobre aluminio, paisajes en los que al espectador le cuesta distinguir la fusión de ambas técnicas, sobre soporte de aluminio, que le otorga la luminosidad y la textura de la fotografía. La obra más informal es sobre tabla, sin duda más singular, la irregularidad del formato en la que la artista parece apoyarse en el trazado de perspectivas construyendo calles y rincones de un paisaje urbano en el que destaca la singular seña de identidad de las ciudades de hoy, el graffiti.

Obsoleto. Malasaña (2022) Óleo sobre tabla 65 x 92 cm.

Un recorrido privilegiado con vistas de Madrid, Lisboa, Shanghai, Nápoles, París, Gante.... lagunas, calles, bicicletas y motocicletas como elementos de referencia, no hay personajes, ni paseantes, en este caso son los reflejos en las aguas que evocan la Vista de Delft de Vermeer, la arquitectura que nos trae a la memoria la mencionada Avia, o exóticos callejones que nos recuerdan, en blanco y negro, a Fortuny. De una manera u otra, por la técnica o por la materia, hacen muy atractiva la muestra.

Grafitis en b&n, calle Colón (2022) Óleo y collage sobre lienzo 146 x 114 cm

Coro López-Izquierdo, La ronda de las ciudades, en Galería Ansorena, en calle Alcalá, 52 de Madrid hasta el 16 de febrero de 2023.

Sotopalacios. Burgos (2022) Óleo sobre lienzo. 114 x 114 cm

Anochecer en el pantano 2 (2021) Óleo y fotografía sobre aluminio 30 x 30 cm

Bicicletas en Gante 3 (2021) Óleo y collage sobre tabla 41 x 27 cm.

sábado, 14 de enero de 2023

Miguel Berrocal


Almudena (1975) Bronce 260 x 175

Situada en la antesala del jardín privado de la Fundación Juan March de Madrid. En el catálogo de la Fundación comenta el trabajo del artista con piezas pequeñas y seriadas que el comprador puede desmontar y volver a montar como si se tratase de un ensamblaje, un juego de habilidad (recuerdo hacer tenido en las manos una de esas obras, "con ellas responde a dos corrientes de nuestro tiempo" la tecnológica, en la que la mano del autor está ausente, y la democrática, que permite a gran parte del público poseer una de esas obras e intervenir en la vida de la obra. Almudena cambia un poco este parámetro artístico, es única y monumental "aunque sin privarla del aspecto de obra industrial".


GALERÍA ODALYS

Creo que es la primera obra que veo de Miguel Ortiz Berrocal en una galería de arte por lo que aprovecho para subirla en este post. Sainte Agathe II (Opus 103) es una obra de proporciones exquisitas, aunque escorada y arrinconada en la galería, le quita plenitud a la obra. La cartela tampoco ayuda mucho: metal, 125x89 cm. Velazqueña sin lugar a dudas, más suelta que, por ejemplo, las meninas de Valdés, denota cierto movimiento, incluso hasta cierta pompa y gracia. Julián Gallego, en el catálogo del museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, comenta respecto a Berrocal, escultor malagueño "famoso por sus esculturas montables y desmontables. a modo de rompecabezas de salón (...) impecablemente editadas en metal". El escultor, añade, en sus obras parte de un tema conocido por todos (en el catálogo lo ilustra con Almudena, un bronce de grandes proporciones), abstrayendo las "formas puras y decorativas que son como su comentario, ligeramente irónico."

Sainte Agathe II (Opus 103) 1964-1968 Escultura en metal (125x89 c.)


CAMPO DE LAS NACIONES DE MADRID

Tres tomas diferentes de la obra Manolona Opus 397 de Miguel Berrocal en el Campo de las Naciones de Madrid. En crónica de ABC, definen esta obra como "insinuante figura femenina abstracta" de 1991; es una obra cuyo nombre "recuerda a las mujeres del pueblo llano de madrileño" -en algunos medios la obra se titula Manola, como en esta de ABC. De proporciones gigantescas 35 x 6 metros es sus puntos máximos, representa una mujer recostada y se encuentra rodeada de un enjambre de arbustos que, más que a Venus, debe representar a Diana reposando tras una jornada de caza. 






Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Gallego, Juliá, Arte Español Contemporáneo, Fundación Juan March, Madrid 1983

Sainte Agathe II de Manuel Berrocal en Galería Odalys, en la calle Orfila, 5 de Madrid

lunes, 2 de enero de 2023

Francisco Leiro

A filla da porteira (2021) Madera de castaño 226x137x95 cm.

Singular y excesiva. La escultura de Francisco Leiro siempre me han parecido como salidas de un comic, unas veces tan enigmáticas, otras esquemáticas y otras del vigor de un autor que gira en torno a una idea o a un sueño. Esta exposición en la galería Marlborough, titulada A filla da porteira es una excelente ocasión para desentrañar, si es que se puede, la intención del artista; según la nota de prensa de la galería, "Leiro sabe muy bien lo que se dice y lo que se hace" -Dionisio Cañas, Cabeza abajo (Conversación con Francisco Leiro)-. Si un algo tiene el arte es intentar indagar en aquello que el artista quiere decir o expresar; en ocasiones hay que acudir a publicaciones, catálogos o, si se puede, algo realmente extraordinario, al propio artista. Por lo pronto, la nota de prensa nos da una idea, una propuesta, un concepto de las esculturas, una fusión, "donde el cuerpo humano se cosifica y el objeto se humaniza".

Hen (2020) Madera de pino rojo 300x110x85 cm.

En esto último vuelve a insistir la nota de prensa "Leiro crea su particular universo, donde cuerpo y objeto se funden y los límites desaparecen creando de alguna manera una sensibilidad híbrida que alude al mundo onírico" que elimina la forma y exalta el color.

Manguitos (2022) Madera de castaño pintada 113x70x29 cm.

Con la exaltación del volumen "la escultura de Leiro deja siempre un espacio al espectador para su propia explicación. Mediante una pretendida ambigüedad, sugiere, sin convencer o imponer", y concluyo con el comentario de Ángel Calvo Ulloa, comisario y crítico, autor del texto del catálogo de la exposición que nos recuerda que "existe obviamente una preocupación por el lugar en el que el personaje se encaja, por la relación con su entorno y por lo que éste aporta al sentido de las esculturas", quizá se le pida aquí un esfuerzo al espectador, que le permita no ya acceder al espíritu de la obra, sino el lugar donde ésta se interprete y culmine su discurso creativo, su razón de ser.


A filla da porteira de Francisco Leiro en Galería Marlborough en calle Orfila, 5 de Madrid, hasta el 19 de noviembre de 2022.

Miñoca 3 (2022) Madera de castaño 121x45x30 cm.

Chaparra en rojo (2022) Madera de pino policromada
200x78x55 cm.

Acochado (2022) Madera de pino rojo y tela 85,5x81x8 cm.

OTRAS ESCULTURAS

Esta imagen la tomé en 2021, en la sala de la galería Marlborough donde comencé a conocer la obra de Leiro. Esta obra me recordó los trabajos de Sísifo, en la antigüedad mitológica anterior al hombre, donde la mitología y la evolución de las especies (de la especie humana) se funden en la obra. Estuve mirando largo rato la pieza, el equilibrio de la pesada piedra de mármol sobre los débiles pies del mono, y aún hoy sigo pensando en ello, en el equilibrio en la pesadez de la roca.

Mono (2016) Madera policromada y mármol 74x66x40 cm.