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lunes, 2 de enero de 2023

Francisco Leiro

Leiro. Madrid 2016. Escultor/Sculptor.
Fotografía de Jordi Socías en exposición Al final de la escapada (Madrid)


A filla da porteira (2021) Madera de castaño 226x137x95 cm.

Singular y excesiva. La escultura de Francisco Leiro siempre me han parecido como salidas de un comic, unas veces tan enigmáticas, otras esquemáticas y otras del vigor de un autor que gira en torno a una idea o a un sueño. Esta exposición en la galería Marlborough, titulada A filla da porteira es una excelente ocasión para desentrañar, si es que se puede, la intención del artista; según la nota de prensa de la galería, "Leiro sabe muy bien lo que se dice y lo que se hace" -Dionisio Cañas, Cabeza abajo (Conversación con Francisco Leiro)-. Si un algo tiene el arte es intentar indagar en aquello que el artista quiere decir o expresar; en ocasiones hay que acudir a publicaciones, catálogos o, si se puede, algo realmente extraordinario, al propio artista. Por lo pronto, la nota de prensa nos da una idea, una propuesta, un concepto de las esculturas, una fusión, "donde el cuerpo humano se cosifica y el objeto se humaniza".

Hen (2020) Madera de pino rojo 300x110x85 cm.

En esto último vuelve a insistir la nota de prensa "Leiro crea su particular universo, donde cuerpo y objeto se funden y los límites desaparecen creando de alguna manera una sensibilidad híbrida que alude al mundo onírico" que elimina la forma y exalta el color.

Manguitos (2022) Madera de castaño pintada 113x70x29 cm.

Con la exaltación del volumen "la escultura de Leiro deja siempre un espacio al espectador para su propia explicación. Mediante una pretendida ambigüedad, sugiere, sin convencer o imponer", y concluyo con el comentario de Ángel Calvo Ulloa, comisario y crítico, autor del texto del catálogo de la exposición que nos recuerda que "existe obviamente una preocupación por el lugar en el que el personaje se encaja, por la relación con su entorno y por lo que éste aporta al sentido de las esculturas", quizá se le pida aquí un esfuerzo al espectador, que le permita no ya acceder al espíritu de la obra, sino el lugar donde ésta se interprete y culmine su discurso creativo, su razón de ser.


A filla da porteira de Francisco Leiro en Galería Marlborough en calle Orfila, 5 de Madrid, hasta el 19 de noviembre de 2022.

Miñoca 3 (2022) Madera de castaño 121x45x30 cm.

Chaparra en rojo (2022) Madera de pino policromada
200x78x55 cm.

Acochado (2022) Madera de pino rojo y tela 85,5x81x8 cm.

OTRAS ESCULTURAS

Esta imagen la tomé en 2021, en la sala de la galería Marlborough donde comencé a conocer la obra de Leiro. Esta obra me recordó los trabajos de Sísifo, en la antigüedad mitológica anterior al hombre, donde la mitología y la evolución de las especies (de la especie humana) se funden en la obra. Estuve mirando largo rato la pieza, el equilibrio de la pesada piedra de mármol sobre los débiles pies del mono, y aún hoy sigo pensando en ello, en el equilibrio en la pesadez de la roca.

Mono (2016) Madera policromada y mármol 74x66x40 cm.


martes, 15 de noviembre de 2022

Alfonso Albacete

MUSEO REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO DE MADRID

Destiempo 3. Taller Jacob. 2016. Acrílico sobre lienzo

Aprovecho con esta obra para introducirnos a través de la cartela del museo, en la vida de Alfonso Albacete y su estilo. El artista antequerano se forma en Murcia con Juan Bonafé y en el Círculo de Bellas Artes de Valencia, "antes de dedicarse a pintar estudió arquitectura, urbanismo, jardinería y paisaje". Sobre su obra indica que posee una estético muy particular del artista "caracterizado por un impactante cromatismo heredero del expresionismo abstracto americano, a medio camino entre la  figuración y la abstracción".


GALERÍA MARLBOROUGH DE MADRID

Si una palabra se repite en las crónicas sobre Alfonso Albacete es cromatismo, pero no voy a seguir por el camino que parecen seguir muchas publicaciones, copiar un texto una y otra vez. La pintura de Alfonso Albacete impresiona, ya sea por la luz, ya por la composición, ya por el color. Esta entrada la voy a comenzar con una obra expuesta en la sala que tiene la Galería Marlborough, sala aparte de la exposición individual en curso, donde suele haber obra de otros artistas.

Destiempo 1. Invierno/mediodía (2016) Acrílico/lienzo 200x150 cm.

Leo sobre el autor que se inicia en el Pop Art y el Arte conceptual, y la percepción que el espectador tiene en la actualidad se asemeja mucho a una mezcla entre ambos conceptos. Los paseos por su obra suelo hacerlos por la galería Marlborough de Madrid, aunque nunca he tenido la certeza de encontrarme con él en la galería; la única certeza es que frente a sus cuadros normalmente nadie se hace esa pregunta. Una tarde en la galería estuve hablando con una de las empleadas que, además de la calidad artística comentó su calidad humana. Uno nunca se plantea cómo es la personalidad humana de un pintor aunque por la calidad de la obra se intuye: el colorido, la composición, la energía de la pincelada, lo elaborado de la obra; quizá convendría ver al artista en su taller, pero eso es prácticamente imposible, pero creo que con lo que se percibe en la obra es suficiente para armar mentalmente su personalidad.

Pintura de campo 2. Floración (2020) Acrílico/lienzo 200x200 cm.

Galería Marlborough en calle Orfila, 5 de Madrid.


GALERÍA MARLBOROUGH DE MADRID

Esta exposición con el nombre de Pinturas analógicas, transcurrió entre finales de noviembre de 2020 y primeros de enero de 2021. Me entusiasmó el estilo de realismo en el que algunas pinceladas impresionistas se alargan y trasmutan espacios de reminiscencias pop, manchas aleatorias informales; a la vez, me llamó la atención las golondrinas (o quizá sean vencejos, falta el sonido) que inundan en uno de los lienzo, y en otros son el alma del cuadro. Me entretuve mucho tiempo en la exposición, incluso comentando la obra y, curioso, la personalidad del pintor que se traslada a su obra, luminosa y colorista como comentaba en el párrafo anterior. Hoy vuelve a aparecer el catálogo de la exposición y es realmente evocador aquella tarde en la galería. De todos los cuadros uno, En el estudio (Tránsito) de 2019, una obra de gran formato 200 x 150. El misterio, la vocación, palabras sueltas, estaba servido y aún perdura.

En el estudio (Tránsito). 2019 Acrílico sobre lienzo (200 x 150 cm)

Días de mayo. 2020 Acrílico sobre lienzo (130 x 130 cm)

Casa. 2019 Acrílico sobre lienzo sobre madera (46 x 38 cm)

Patio interior. 2019 Acrílico sobre lienzo (200 x 300 cm)
 (Díptico 200 x 300 cm cada unidad)

Pinturas analógicas de Alfonso Albacete en Galería Marlborough en calle Orfila, 5 de Madrid.

lunes, 2 de marzo de 2020

Fernando Botero

DIBUJO EN GALERÍA ODALYS

Mediados de enero de 2023 encuentro este dibujo de Fernando Botero en la Galería Odalys. Está firmado: Botero/54. La cartela no es más, tan solo añade: Buste de femme, las medidas y el soporte. La obra, un boceto, tiene su encanto por ser un dibujo de juventud, el artista tenía 22 años, antes de revestir la figuración de sus modelos con volúmenes.

Buste de femme (1954) Lápiz sobre papel 62.5 x 48 cm

Galería Odalys en calle Orfila, 5 de Madrid


PINTURA EN GALERÍA MARLBOROUGH

Eva (2017) Óleo sobre lienzo (100x156 cm.)

En 1680 llega una niña a Madrid que es el asombro de la Corte, con proporciones extraordinarias a sus 6 años pesaba cerca de setenta kilos. Así presenta el Museo del Prado los retratos que Juan Carreño (1614-1685) pintó de Eugenia Martínez Vallejo, uno vestida y el otro desnuda de la niña. La obesidad era el leitmotiv, el asombro de la Corte y motivo a su vez del interés que despertó en los pintores reales. La serie la inicia Velázquez y la continúa Carreño, que representarán "los monstruos, bufones y enanos que pululaban por la Corte española", -según comentario a la obra de Carreño-, aunque lejos de intentar suscitar el morbo de los personajes, ambos, Velázquez y Carreño, "buscan dignificar su imagen en la medida de lo posible".

The Street (2017) Óleo sobre lienzo (168x108 cm.)

Matador (2017) Óleo sobre lienzo (161x100 cm.)

Galería Marlborough en calle Orfila 5 de Madrid.


ESCULTURAS EN MADRID

Había leído que Fernando Botero no intenta exaltar la gordura en su obra, ni funde ni pinta personas gordas, sino volúmenes afirma, por lo que cabría incluir sus obras y personajes entre los límites estéticos y éticos de los dos anteriores maestros, la dignidad del personaje. En Madrid podemos ver tres esculturas en bronce de Botero. Sendas esculturas formaban parte de la exposición de un grupo de 21 esculturas que hizo en la ciudad con el título Botero en Madrid en 1995. La Mujer con espejo, la regaló el artista a la ciudad, está al principio de la calle Génova con plaza de Colón; mientras que La Mano, fue adquirida por Telefónica  y a cedió a la ciudad y está situada en la Castellana el confluencia con la plaza San Juan de la Cruz. Una tercera escultura, El rapto de Europa, se puede ver en la terminal T1 del aeropuerto de Barajas, algo alejada de la vista de los viandantes y fue comprada junto a otras dos esculturas por AENA.

Rapto de Europa. Bronce 1992

La Mujer con espejo. Bronce. 1987

La Mano. Bronce ca. 1975

FERIA ART MADRID 12

Tarjeta de la Galería Benlliure de Valencia. El anverso está ilustrado con la fotografía de una escultura de Fernando Botero. La galería tiene un formidable cartel de artistas según se puede leer en el reverso de la postal, algunos de ellos en entradas de este blog: Miquel Barceló, María Blanchard, Carmen Calvo, Eduardo Chillida, Equipo Crónica, Óscar Domínguez, Francisco Leiro, Baltasar Lobo, Joan Miró. Dicha postal era de Feria Art Madrid 2012, donde acudió la galería en el Stand A10.

Fernando Botero. "Sleeping woman". 2001. Bronce (Ed-2/6) 22x52x25 cm


martes, 1 de octubre de 2019

Abraham Lacalle

EXPOSICIÓN: OBRA GRÁFICA, EN GALERÍA MARLBOROUGH. MADRID


Este grabado, Aire acondicionado, de gran tamaño, 175 x 143 cm. de 2007, formaba parte de una muestra de obra gráfica en la Galería Marlborough, de Madrid. Es copia 8 de 20, y estaba acompañada de la obra de otros artistas, como Martín Chirino, también de gran formato.


COLECCIÓN JULIÁN CASTILLA

La obra que vemos a continuación se encontraba en la exposición Colección Julián Castilla. Miradas de un coleccionista, en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). Una interesante muestra sobre la colección privada  el mecenazgo. Así describe la obra de Lacalle la cartela de la exposición:

La obra del artista Lacalle se caracteriza por su gran colorido y sus referencias clásicas a artistas modernos como Picasso, Guston o Mondrian. Su subjetividad en el tratamiento de colores primarios y planos crea espacios diáfanos con líneas de perspectivas claras y lugares siempre prenetrantes. Así, el espectador reconstruye fácilmente la representación. Sus cuadros se basan en la literatura, la historia y el ensayo, sin perder nunca las referencias visuales a la realidad.

Termotopo (2007 Óleo sobre lienzo. 150x150 cm.
A continuación, a modo de curriculum del artista, comenta sus inicios en la década de los años ochenta; gana una beca de la Casa Velázquez en 1994; su primera exposición la hizo en la galería Fúcares de Almagro (Ciudad Real) en 1989, y que esta obra, Termotopo se expuso en la Galería Marlborough de Madrid en 2007.


EXPOSICIÓN: NO UNA VENTANA, EN GALERÍA MARLBOROUGH. MADRID


Nada más entrar en la Galería Marlborough para ver la exposición No una ventana de Abraham Lacalle, nos invade una fuerte sensación de sorpresa frente a unos lienzos enormes, una veintena, que inundan los ojos del visitante con colores cálidos y vibrantes; en el espectador se atropellan y acumulan recuerdos de estilos ¡Qué fauvista! parece desprenderse de parte del conjunto; mientras otro espectador cree ver en las obras un sello impresionista que transita hacia el expresionismo. Una mirada más minuciosa nos descubre una pincelada ancha, larga y enérgica que va conformando los paisajes que en ocasiones parecen recrear al postimpresionismo de van Gogh -quizá sea por una figura que recuerda la siesta de un campesino en uno de los lienzos- aunque la mayoría de los cuadros, casi abocetados, transmiten la sensación de inacabados, sin llegar a cubrir la tela y sin la abundancia de material pictórico de impresionistas y expresionistas a los que remite al fin la mayoría de las obras.


Así, el espectador vecino, parado frente a unos de los lienzos, reclamaba la atención del movimiento, la armonía y la fuerza del cuadro; los colores vivos y cálidos, la pincelada brutal y justa en su medida que indica cuándo ha de darse por concluido el cuadro. Y he de confesar que tuve que recurrir a las obras de Nolde, Pechstein, Heckel y Kirchner, e incluso a Derain, para sumergirme en los cuadros de Lacalle y disfrutar de ellos y los colores, en ocasiones excesivamente vibrantes, como esos troncos de alcornoques desnudos que quien los ha visto sabe reconocerlos, o esas piedras y esos árboles perfilados; los azules, rosas, amarillos y rojos que nos obligan a preguntarnos por los colores puros en la naturaleza. Todo ese cúmulo de emociones que se agrupan en la mirada y en el conocimiento, y hacen de la muestra un arduo trabajo didáctico no solo de estilo y color, sino de sentimientos.


No una ventana, de Abraham Lacalle en Galería Marlborough, en calle Orfila, 5 de Madrid, hasta el 05 de octubre de 2019.