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viernes, 15 de enero de 2021

Prometeo

Prometeo es el benefactor de los hombres por excelencia, según la tradición él creó al hombre con arcilla, le enseñó a hacer sacrificios a los dioses y quedarse con lo mejor de la pieza sacrificada; les consiguió el fuego tras robarlo a los dioses por lo que fue encadenado y castigado a que un águila le devorase cada día el hígado que le volvía a crecer por la noche. Heracles (Hércules) lo liberó tras matar al águila, y el centauro Quirón le cedió su inmortalidad. Estas son algunas de las imágenes que representan momentos de la vida de Prometeo y textos que los relatan. 

PROMETEO CON EL ÁGUILA Y EL FUEGO ROBADO A LOS DIOSES

Prometeo lleva el fuego en la mano con el águila entre sus piernas
Mármol (segunda mitad del siglo XIX) Museo San Isidro de Madrid

Según la cartela informativa, la escultura representa "llevando en sus manos el fuego que va a entregar a los hombres, Prometeo, y a sus pies Etón, el águila que le devoraba el hígado como castigo por haberlo hecho (robar el fuego a los dioses)". Esta estatua, a tamaño natural, se encuentra en el Museo de San Isidro de Madrid, y forma parte de un grupo de cuatro personajes mitológicos junto a Frixo, Hércules y Jano. Las cuatro estatuas fueron compradas por el Ayuntamiento de Madrid  en 1971 para decorar el vestíbulo del Centro Cultural de la Villa, el actual Teatro Fernando Fernán Gómez, adquisición que cuenta con una interesante historia: "En el momento de su adquisición figuraban como procedentes del palacio de los Montpensier en Granada, no hay constancia de ninguna residencia perteneciente a esta familia nobiliaria en la ciudad del Generalife, y el repaso del catálogo de los cuadros y esculturas de la galería artística que los Duques poseían en sus palacios sevillanos tampoco ha permitido confirmar esta afirmación".

PROMETEO ROBA EL FUEGO RUBENS

Prometeo.(1636-1637). Pedro Pablo Rubens
Óleo sobre tabla  25,7 x 16,6 cm. Museo del Prado

En la imagen aparece Prometeo robando el fuego a los dioses. Es uno de los bocetos que hizo Rubens por encargo del rey Felipe IV para decorar la Torre de la Parada, un pabellón de caza en las afueras de Madrid. Los cuadros se realizaron entre 1636 y 1638. Tras varias vicisitudes el boceto fue donado por  María Dionisia Vives y Zires, duquesa de Pastrana, en 1889.

PROMETEO CREA EL PRIMER HOMBRE

Y es entonces cuando aparece un ser más perfecto, dotado de alma, que domina a los demás. Su propia semilla divina puso el Creador de la naturaleza en aquel ser. Prometeo, con lodo, logra para él un semblante parecido al de los bellos dioses y que se diferencie de los animales buceadores del barro, en pretender escalar el alto cielo. Así apareció en el suelo incongruente el misterio y el interés de la humana forma. (Ovidio. Las Metamorfosis)

Prometeo y Atenea (Minerva) crean el primer hombre. Anónimo romano 180-190 d C.
Mármol blanco. Museo del Prado en Museo Nacional de Escultura de Valladolid

Boccaccio, citando a Claudiano, describe de forma municiona la creación del hombre y qué se ve obligado a introducir Prometeo mezclando las cosas terrestres con las celestes en la modelación del hombre. Al respecto cita primero a Horacio para continuar con Claudiano:

Nos cuentan que, obligado Prometeo
a acumular de cada ser porciones
al barro primevo, en los pechos
puso la saña del león demente

Según la nota a estos versos de Horacio, Prometeo cuando hizo al hombre con barro le fue añadiendo partículas de cada ser, en este caso hace referencia al tema de la cólera desbordada. (Horacio, Odas y Epodos). Detalla Claudiano los añadidos a esta parte del cuerpo, bajo la cabeza La zona del corazón que sangra bajo el pecho guardó la cólera, impregnada de llamas, ávida de hacer daño y peligrosa para sí misma. Inflamada de rabia se hincha y se contrae asustada de miedo. (Boccaccio citando a Claudiano. Genealogía...).

Prometeo creando al hombre. Alegoría de la escultura
Esteban de Ágreda. Madrid, 1803-1808. Bizcocho de porcelana moldeado
Museo Nacional de Artes Decorativas. Madrid



PROMETEO ROBA EL FUEGO A LOS DIOSES Y ES ENCADENADO

Dicen que, después de haber modelado Prometeo con barro un hombre inanimado, Minerva admiró la excelente obra y le prometió cualquiera de los bienes celestiales que quisiera para perfeccionar su obra. Al haber respondido éste que no sabía, si no los veía, qué cosas de los dioses podrían serle de utilidad, fue llevado por ella al cielo; allí, puesto que veía que todas las cosas celestes estaban animadas por las llamas, con la intención de introducir la llama también en su obra, ocultamente acercó una rama a las ruedas de Febo y, una vez encendida ésta, robando el fuego lo condujo hasta las tierras y lo arrimó al delicado pecho del hombre modelado y así lo dotó de vida y lo llamó Pandora. Irritados los dioses por este motivo, hicieron, a través de Mercurio, que él fuera encadenado al Cáucaso y entregaron a un buitre o a un águila su hígado o corazón para que fuera desgarrado eternamente. (Boccaccio citando a Servio y Fulgencio. Genealogía...)

Prometeo. Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro
Museo de Historia de Madrid


 PROMETEO DE KAFKA

Entre los libros olvidados en el desván encontré una edición de La Metamorfosis de Kafka, es la más antigua que conservo y la peor editada. Tiene erratas en casi todas las páginas, pero también su encanto. Como casi todas las ediciones del breve relato de la metamorfosis de Gregor Samsa, los editores suelen rellenar sus ediciones con otros relatos también breves, a veces son meros apuntes que los convierten en relatos, en fin, son percepciones personales. Uno de estos relatos es la leyenda de Prometeo que sólo he leído en esta edición, argentina, de 1976 que no recuerdo ni dónde ni cuándo la compré. Recuerdo haber escrito siendo muy joven, una versión del mito, también olvidada, ni sé si la conservo. Es lo que suele ocurrir con las historias que todos conocemos, acaban olvidándose o deteriorándose en el recuerdo. El relato de Kafka dice así:

PROMETEO

     Hay cuatro leyendas referidas a Prometeo. Según la primera,  fue encadenado al Cáucaso por haber revelado a los hombres los secretos divinos,  y los dioses mandaron águilas a devorar su hígado, que se renovaba perpetuamente.
     Según la segunda, Prometeo, aguijoneado por el dolor de los picos desgarradores, se fue hundiendo en la roca hasta hacerse uno con ella.
     Según la tercera, la traición fue olvidada en el curso de los siglos. Los dioses la olvidaron, las águilas la olvidaron, él mismo la olvidó.
     Según la cuarta, se cansaron de esa historia insensata. Se cansaron los dioses, se cansaron las águilas, la herida se cerró de cansancio.
     Quedó el inexplicable peñasco.
     La leyenda quiere explicar lo que no tiene explicación.
     Como nacida de una verdad, tiene que volver a lo inexplicable.

Prometeo de la Colección de Azufres de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Estas piezas "representaban varios sacrificios y a los Personajes ilustres y a otros muchos
 monumentos de los momentos felices de las Artes". Los temas en su mayoría son de la
 Antigüedad clásica, con asuntos mitológicos, efigies de emperadores, filósofos, etc.

Genealogía de los dioses paganos, Boccaccio, Giovanni, Editora Nacional, 1983
La metamorfosis, Kafka, Franz, Buenos Aires, 1976
Las MetamorfosisOvidio Nason, Publio, Espasa Calpe, col. Austral, 1977
Odas y Epodos, Horacio, Cátedra, col. Letras Universales, 1990

martes, 25 de junio de 2019

Fra Angelico

LA VIRGEN DE LA HUMILDAD

Hay en la actualidad un montaje especial en el Museo Thyssen de Madrid que me ha obligado a ir tres veces en una semana, sobre todo, para ver esta obra de Fra Angelico (Fra Giovanni de Fiesole), Virgen de la Humildad, pintada entre 1433-1435, temple sobre tabla, (98.6x49.2 cm). La obra habitualmente se expone en Barcelona. Es de una ejecución exquisita, lástima que la iluminación no sea la mejor, pero tan solo poder ver el rostro de la Virgen y el azul del manto vale la pena el viaje todas las veces que sea necesario. A cada lado de la Virgen que sostiene al Niño, hay dos ángeles, también con manto azul y a los pies dos ángeles músicos, uno con manto rosa y el otro azul. La composición es muy similar a la Virgen de la Granada del Museo del Prado.

Fra Angelico. Virgen de la Humildad 1433-1433

La imagen que os dejo es una de la veintena que hice, bastante deficiente pero todas las fotografías salieron mal, no sé si por falta de pericia o por la iluminación, durante las dos visitas que he hecho al museo el fin de semana. Tendré que esperar a que publiquen alguna reproducción que pueda dar idea de la delicadeza que expresa la tabla.

Virgen de la Humildad, de Fra Angelico en Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.


LA ANUNCIACIÓN


Aún recuerdo aquel día, -se lo comento a la vigilante de sala del Museo Romántico de Madrid- cuando terminé mi visita al Museo del Prado, que siempre al concluirlas suelo hacer el mismo recorrido antes de abandonar la última sala frente al Descendimiento de Roger van der Weyden y otras veces frente a La Anunciación de Fra Angelico. Pero aquella tarde sentí una fuerte convulsión: La Anunciación no estaban en su lugar de costumbre, tan solo había una pequeña nota que indicaba que estaba en restauración.


Días después de la presentación de la restauración -seguía con mi conversación con la vigilante de sala que a la que había conocido en el Museo Cerralbo- fui a ver la exposición que gira en torno a la obra de Fra Angelico, con el sugerente subtítulo y los inicios del Renacimiento en Florencia. La presentación es formidable. Se inicia el recorrido con Brunelleschi, y obras de DonatelloMasaccio, Ucello y Lippi; los inicios de Fra Angelico y la maravillosa predela del retablo mayor de San Domenico de Fiesole, obra de juventud -tenía 21 o 22 años-, hasta llegar a la sublime belleza de La Anunciación. Una vez frente a ella la primera sensación es que aquel cuadro no es el mismo que durante tantos años había estado mirando desde la primera vez que entré en el museo hace ahora 40 años. La obra, -le dije a la vigilante que me escuchaba con suma atención-, es increíblemente hermosa; es casi imposible fijar los ojos en un solo punto del cuadro, los rostros del arcángel Gabriel y la Virgen; las alas del arcángel es una extraordinaria obra por sí solas, el color azul de la bóveda y el azul del manto de la Virgen, los delicados ropajes de Gabriel y el difuminado del suelo. Luego, como si se tratara de otra obra, la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén con una detallada y exuberante fronda del paraíso -aquí se lee la humanización de la escena, y el hecho relevante de que el fondo no sea plano, de un solo color, que solía ser dorado, sino que se cubre por completo, al parecer para poder realzar el rayo divino que ilumina a la Virgen. Nunca, le dije, he visto obra similar, como recién pintada, de una belleza que borda el desvarío. No te olvides, le dije para terminar, de pararte frente a Berruguete al final de la exposición. No dejes de verla.

Fra Angelico y los inicios del Renacimiento en Florencia, en Museo del Prado de Madrid, hasta el 15 de septiembre de 2019.

Donatello. Virgen de la granada. h. 1420-25

Donatello, fue uno de los artistas que influyeron en la formación de Fra Angelico, está representado en la exposición con esta Virgen de la granada, h. 1420-25, terracota policromada del Museo Stefano Bardini de Florencia.


VIRGEN DE LA GRANADA

Fra Angelico. Virgen de la granada. h. 1426.

La Virgen de la Anunciación de Fra Giovanni da Fiésole, describe Manuel Mujica Lainez en uno de sus relatos de Un novelista en el Museo del Prado, es la más bella y prestigiosa de cuantas hay en el museo, habida cuenta de la gran cantidad que hay en él, y no es por nada, sino que la pinto el Angelico, a quien hoy se le llama Beato e incluso puede que algún sea Santo, y refiere que mientras el fraile pintaba los ángeles mismos revoloteaban a su alrededor y le pasaban los pinceles porque, asegura, para lograr ese azul hay que haber andado por el Cielo. Y recordaba esta cita, que encabeza el pasaje, sobre las quejas y amarguras de la Virgen del Maestro de Sopetrán por la que los visitantes pasan de largo apenas sin fijarse ¡Nos miran apenas! Se lamentaba. Y mientras recordaba esto, podía ver a la entrada del museo una sección del cuadro de la otra virgen de Fra Giovanni que tiene el museo, la Virgen de la Granada, que descansa hoy junto a la Anunciación, y que Mujica Lainez no llegó a ver allí, puesto que se adquirió a la Casa de Alba pasados más de treinta años de la muerte del novelista.

lunes, 25 de marzo de 2019

Fernando Zóbel

UN LIBRO

Fernando Zóbel. Mis fotos de Cuenca. Museo de Arte Abstracto Español. Cuenca 1975

Vi este libro entre un montón de libros ordenados sobre la acera en un puesto ambulante. Regateamos. 10 €, Vale. Creí haber visto el libro en la exposición de del Prado. No era mucho el precio y me apetecía comprarlo para mi biblioteca. Está editado por la Fundación Juan March (1975). El libro está prácticamente sin abrir, aún conserva la curvatura de la caja de la  imprenta. ¿Cómo pudo llegar hasta allí, a aquel montón de libros sobre la acera. No tuve la habilidad de hacerle la fotografía allí. Daba igual. Lo guarde en la mochila junto a la cámara y me despedí.

MUSEO DEL PRADO DE MADRID

Exposición ZÓBEL El futuro del pasado en Museo del Prado
Zóbel en su estudio de la calle Pilares en Cuenca. 1973. 
Fotografía de Jaume Blassi. Cartel en el interior del museo.

De nuevo la polémica sobre la obra de un pintor de arte contemporáneo en el Museo del Prado y la delgada línea del tiempo entre el Prado y el Reina Sofía. No obstante no este debate en el que debamos opinar. La exposición es muy interesante, no solo por la sistemática de Zóbel, su trabajo y la conexión con obras clásicas, quizá sea este el vínculo que justifica la exposición; sobre todo es interesante ver los preparativos para sus trabajo, los bocetos, sus apuntes y un orden inusual del taller de un artista. Hay varias frases de Zóbel en las paredes de la exposición que he copiado en mi cuaderno:

Para saber pintar primero hay que saber mirar - al respecto hay otra frase en la que el pintor comenta que ha conseguido el carnet de copista del Prado, lo que le permitirá tener silla y está feliz porque ya se ha sentado en todos los bancos que hay frente a obras interesante. Hay una fotografían en la que el artista está sentado en uno de estos bancos.
Limpio mis ojos contemplando el arte del pasado -cuaderno de notas del 14-marzo/abril-1973.
Dibujar de cuadros es una forma de verlos. Limpia los ojos y deja en el subconsciente cosas más imprevistas. 21-agosto-1963.



MUSEO REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO. MADRID

Uno de los detalles que hace que la visita al Bellas Artes de San Fernando tenga siempre un aliciente son las cartelas que acompañan a cada cuadro. En ellas se explica y comenta con claridad la obra en un breve espacio; unas escasas líneas que facilitan enormemente al visitante la comprensión y el contenido con un lenguaje sencillo, directo y claro, a la vez que riguroso, que invita en muchas ocasiones a indagar en el entorno de la obra y su autor como el caso es de este cuadro de Fernando Zóbel:

En sus obra, Zóbel a veces entabla conversación con otros pintores, clásicos o modernos. Aquí el diálogo es con Thomas Eakins (1844-1916), pintor, fotógrafo y profesor norteamericano. Aunque no sabemos qué obra de Eakins quiere evocarse, sí podemos intuir que está basada en el color y la composición. Una diagonal atraviesa la parte inferior del cuadro, y una horizontal roja sostiene toda la obra. Frente al dibujo o entramado de otras épocas, los ritmos de color toman más protagonismo, característico de los últimos cuadros de Zóbel.

Diálogos con Thomas Eakins (1983). Óleo sobre lienzo. 1,00 x 0.80 m.

El cuadro es una donación al Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Da. Georgina y D. Alejandro Padilla Zóbel, sobrinos del artista, en 2002.


EN EL MUSEO REINA SOFÍA. MADRID

Paseando por el Museo Reina Sofía de Madrid el visitante puede encontrar este óleo sobre lienzo de Fernando Zóbel titulado Navacerrada, de 1961.

Navacerrada (1961) Óleo sobre lienzo. Museo Reina Sofía


MUSEO DE CÁCERES. CÁCERES

Igual que en el museo y el cuadro anterior, en el Museo de Cáceres no se comentan las obras. En la cartela se indica título, autor y propietario de las obras expuestas. No obstante no deja de ser toda una sorpresa encontrar algunos autores tan relevantes, entre ellos Zóbel, del arte contemporáneo español. Esta obra, La Piedra X, es un depósito de la Excma. Diputación Provincial de Cáceres. El museo es un excelente lugar con un amplio recorrido.

La Piedra X (1981) Óleo sobre lienzo. Museo de Cáceres


GALERÍA CAYÓN. MADRID


No es frecuente tener la oportunidad de ver una exposición individual de Fernando Zóbel (1924-1984), aparte de ser una sorpresa bastante agradable, es un motivo más que suficiente para introducirse y rescatar, en parte, nuestro impresionismo abstracto a través de uno de sus artistas más representativos, tanto por su obrar como por su labor de fundador del Museo de Arte Abstracto de Cuenca.


Las obras que presenta la Galería Cayón, en su sala //espacio en Blanca, con el título Fernando Zóbel | c. 1959, están realizadas en ese año de 1959 y, para no abundar mucho en impresiones personales en mi especial atracción por este período, os dejo la descripción que de la exposición se hace en la nota de prensa a la vez que nos sirve perfectamente como guía en el recorrido por la sala.

En las obras, "se hace patente cómo Zóbel a finales de los años 50 reduce al máximo la escala cromática y el grosor del trazo. Al final solo queda el blanco y el negro y finas líneas creadas no con el pincel sino con jeringuillas de cristal. Esta técnica innovadora le permitió expresar con la máxima precisión el tema que por entonces investigaba, a saber, el movimiento. Lo plasmado, sin embargo, no es el movimiento de un objeto particular sin más bien su concepto, el universal. Se trata de la expresión del movimiento sentido, no imitado. O dicho de otro modo, es la velocidad visualmente captada y traducida a través de gestos pulidos, de líneas negras con que Zóbel transformó estos lienzos en una lírica fugaz. Entre ellos se encuentra "Nacimiento de Pegaso", presente en la Bienal de Venecia de 1962.".

Nacimiento de Pegaso

Fernando Zóbel | c. 1959, en Galería Cayón //espacio en Blanca, en la calle Blanca de Navarra, 7 de Madrid hasta el 6 de febrero de 2016.

UN LIBRO

sábado, 17 de noviembre de 2018

La Fuente de la Gracia


Una vez más estamos de suerte con la presentación en el Museo del Prado de La Fuente de la Gracia, con el subtítulo de Una tabla del entorno de Jan van Eyck, una obra maravillosa, minuciosa y exageradamente exquisita. Es un privilegio poder contemplar una obra recién restaurada y con la maestría con que suele hacerlo el Prado, con una breve introducción a la obra, su historia la del momento en que fue creada, en este caso en el entorno del taller de van Eyck, . Como es habitual está documentada con minucioso detalle desde el estudio previo a la restauración, las radiografías y los pormenores ocultos que escapan al ojo del del espectador y que salen a la luz con interesantes explicaciones y deducciones bien razonadas de técnicos y restauradores.


No había visto nada tan hermoso desde la presentación, tras su limpieza, de El Calvario, de Rogier van der Weyden también en el Prado, una obra monumental, acompañada en aquella ocasión por El Descendimiento y el Tríptico de Miraflores a los que llegaba a empequeñecer. Esta vez el museo poner frente al visitante una obra minuciosa cargada de connotaciones religiosas, la lucha entre el cristianismo y el judaísmo en la España del siglo XV, tratado de forma simbólica y excelentemente explicada en la presentación: las inscripciones en latín y en hebreo, el grupo de la izquierda -la cristiandad piadosa- y el grupo de la derecha -el judaísmo atormentado- así como los detalles del proceso de ejecución del cuadro que parece desvelar cuestiones como su autoría, preparación de la tabla que desvela su procedencia, diseño y elaboración en la que se observan varias fases de trabajo y rectificaciones en su proceso creativo.

La tabla está documentada por primera vez en la donación que hace el rey Enrique IV al monasterio del Parral en Segovia antes de 1454. Fue descubierta en los años 30 del siglo XIX durante las desamortizaciones pasando el cuadro al Museo de la Trinidad y de allí al Museo del Prado. Su exposición coincide con una sobre el bicentenario del museo lo que pude hacer que, junto a la también espléndida exposición de Bartolomé Bermejo, deje al visitante sin la oportunidad de ver tan hermosa obra por lo que conviene recordar y recomendar que bien vale la pena reservar unos minutos para la visita a la sala donde se exhibe.


La Fuente de la Gracia. Una tabla del entorno de Jan van Eyck, en el Museo Nacional del Prado de Madrid, hasta el 27 de enero de 2019.

Nota: Las imágenes las he tomado del folleto de la exposición

miércoles, 24 de octubre de 2018

Bartolomé Bermejo

MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALENCIA

Bartolomé Bermejo (activo en Valencia, Aragón y Cataluña
Documentado en 1468 y 1501) 
Virgen de la Leche- Óleo sobre tabla

Esta Virgen de la Leche, una bellísima tabla pintada al óleo y oro, procede probablemente la iglesia del convento de Santo Domingo de Valencia, está fechada entre 1465 y 1470, aunque como vemos el período aragonés del pintor se inicia en 1468. Ésta es la única obra de Bermejo que se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Valencia, entre una rica y bien nutrida colección de obras de la época. En esta obra el pintor muestra una clara influencia de la pintura flamenca, según la ficha del museo, de su homónima, de Rogier van der Wayden, que se conserva en Chicago. Destaca así mismo que el Niño sostenga un collar de cuentas rojas que remite a la popular devoción en la época al Rosario.


MUSEO DEL PRADO DE MADRID

San Miguel Triunfante sobre el demonio. (Sección)
Hace unos días visitaba la Capilla Real de Granada donde se puede ver la pequeña y exquisita colección de pintura, obras que pertenecieron a la reina Isabel I de Castilla, de autores tan relevantes como Sandro Botticelli, Pedro Berruguete, Hans Memling, Dieric Bouts o Rogier van der Weyden, sobre todo estos dos últimos, autores a los que siempre dedico unos minutos cuando acudo al Museo del Prado; pero, de nuevo en la Capilla Real, se echaba en falta a Bartolomé Bermejo, sus obras La Epifanía y la Santa Faz. anverso y reverso de una misma tabla, se habían prestado para la exposición que se inauguraría cinco días después en el Museo del Prado. aunque he de confesar que no preste atención a este detalle.

De vuelta a Madrid vi el anuncio de la exposición que, con el título Bartolomé Bermejo, busca rescatar la figura y personalidad de uno de los grandes pintores, si no el más grande, del siglo XV de España. La muestra es el producto de una fantástico trabajo del Prado que ha reunido la obra dispersa de un artista tan relevante como desconocido para muchos. Bartolomé de Cárdenas (h.1440-h.1501) conocido como Bartolomé Bermejo, nació "en tierras cordobesas", comenta el folleto de la exposición. En ellla que se analiza la influencia que Bermejo recibe de los maestros flamencos, con referencias a Memling, van der Weyden y Bouts, que adquiere, probablemente, "en la cosmopolita Valencia del segundo tercio del XV", a donde llegó el influjo de las escuelas de Jan van Eyck y van der Weyden; así como la que el mismo Bermejo ejercerá en sus contemporáneos, en ocasiones con quienes se asocia, colabora y mantendrá estrechos vínculos "desde Martín Bernat y Rodrigo de Osona hasta Fernando Gallego y el Maestro de la Leyenda de Santa Lucía". Destaca el hecho de que se asocia a artistas de menor cualificación a la suya con los que se ve obligado a trabajar para sortear las limitaciones que imponían los gremios de las ciudades que contrataron sus servicios: TousValencia, Daroca, Zaragoza y Barcelona donde muere.

Detalle del peto de San Miguel
Durante el recorrido por la muestra el visitante va descubriendo la personalidad difícil de un artista que incumplía en ocasiones sus contratos, una especie de rebeldía que podía deberse a ese sometimiento al que se veía obligado a maestros de inferior calidad artística, lo que propició "el abandono de algunos encargos e incluso una sentencia de excomunión". Su seudónimo o alias, "el Bermejo con el que firmó de manera particular algunas de sus obras más innovadoras, certifica que nos hallamos ante un pintor con una personalidad acusada, probablemente consciente y orgulloso de sus habilidades".

La exposición está muy bien montada, -tanto la calidad de las obras como el propio espectador lo agradecen-, hay espacio entre obras que permiten visionarlas individualmente sin perder en ningún momento la visión del conjunto; un ejemplo es el magnífico conjunto de tablas sobre el martirio de Santa Engracia. El recorrido por la exposición me permito acotarlo en tres tramos: el inicio con el espectacular San Miguel triunfante sobre el demonio con el donante Antoni Joan de 1468; a mitad del recorrido el magnífico Santo Domingo de Silos entronizado como obispo, 1474-1477; para culminar con la excepcional Piedad Desplá, de 1490 que cierra la muestra. Sobre este guión el visitante se desplaza entre estas tres obras y se va desgranando la excepcional calidad del resto de obra, desde el mencionado martirio de Santa Engracia, cuatro tablas que narran el prendimiento, prisión, flagelación, y entronización de la santa, piezas que pertenecieron a un retablo y que en la actualidad se encuentran diseminadas entre museos de Bilbao, Boston y San Diego; o las tablas que narran la Resurrección de Cristo o el no menos magnífico tríptico de la Virgen de Montserrat. Las obras están excelentemente comentadas; abundan en los detalles técnicos desde la novedosa técnica del óleo en la época, la vestimenta de los personajes, los colores, la composición o las similitudes con otras obras de igual temática: la resurrección, el descendimiento o la epifanía.

Piedad Desplá (1490)
Termina la exposición recordando el olvido en que cae Bermejo tras su muerte y la posterior recuperación de su figura, a finales del siglo XIX, por el interés que despertó en destacados coleccionistas internacionales, y unas falsificación de los años 20 del siglo pasado, que demuestran el interés suscitado por su obra. Y siguiendo literalmente el folleto que sirve de guía, terminar señalando que la muestra cumple sobradamente el deseo del museo, descubrir al visitante "un magnífico maestro al que esta exposición pretende tributar un meritorio homenaje y dar a conocer al público".
Flagelación de Santa Engracia (1472-77)
Bartolomé Bermejo, en Museo del Prado de Madrid, de 9 de octubre de 2018 a 27 de enero de 2019.

Nota: Las imágenes y los textos en cursiva son del folleto informativo que entrega el museo a la entrada de la sala de exposición; la imagen del detalle del peto es del cartel anunciador de la misma.

Bartolomé Bermejo: Master of the Spanish Renaissance
Cartel anunciador de la exposición de The National Gallery
Londres
 

lunes, 18 de junio de 2018

In Lapide Depictum

Hay exposiciones que por su temática y por su increíble exiquitez son un verdadero regalo al visitante. Una de éstas es la que se puede ver en el Museo del Prado con el título In Lapide Depictum. Pintura italiana sobre piedra 1530-1555. Tan solo es una sala, que se suele visitar después de la abrumadora exposición de los bocetos de Rubens, tan exageradamente grande como el propio Rubens. La que ahora nos trae, la pintura sobre piedra, puede pasar casi inadvertida para el espectador, los temas, religiosos de un profundo sentimiento y los retratos, transmiten la misma sensación de placidez y expresión de los personajes tal cual la trasmiten aquellas ejecutadas sobre tabla; pero, atendiendo al folleto de la exposición, existen diferencias en torno al soporte bien sea pizarra o mármol.

Ecce Homo (1547) Tiziano
Sobre ambos soportes comenta folleto de la exposición: El mármol fue el preferido del mundo clásico para representar a los dioses por su brillo, su resistencia al tiempo y su buena absorción al color. Añade tras el punto y seguido: Pero fue la pizarra, más asequible, la escogida en el Renacimiento como soporte lítico en la pintura de caballete y las grandes palas de altar. El tono grisáceo de su superficie arcillosa y las hojitas de mica de su estructura producen, al incidir en ella la luz, un resplandor que armoniza la imagen pintada, creando la ilusión de que los cuerpos emergen de su interior.
Dolorosa con manos abiertas(1555) Tiziano
Tras comentar los antecedentes de la pintura en el mundo clásico romano, esta técnica se retoma durante un breve período en Italia: La pintura sobre piedras monocromas -pizarra y mármol- fue un fenómeno singular que se reactivó en Italia entre los años treinta y cincuenta del siglo XVI . Se atribuye el impulso al uso de estos materiales como soporte a Sebastiano del Piombo, aquí representado por una excelente Piedad, óleo sobre pizarra de 1533-39; pero sobre todo, destacan dos obras de Tiziano en la exposición, un Ecce Homo sobre pizarra, de 1547, regalo del pintor al Emperador Carlos V, y una Dolorosa con las manos abiertas sobre mármol, de 1555 que fue el último encargo que el Emperador le hiciera al pintor. Con estas obras Tiziano a la vez de complacer los gustos de Carlos V demostró saber extraer las mejores propiedades de estos minerales a la vez que exploraba nuevos campos de representación y de renovación iconográfica (...) con materiales novedosos y tradicionales para lograr nuevos efectos pictóricos.

Piedad (1533-39) Sebastiano del Piombo
Y, para comprobar las diferencias entre ambos soportes, se brinda al espectador dos retratos de Daniele da Volterra un Retrato de Joven h. 1553, ejecutado sobre pizarra y Retrato de caballero, 1550-55 pintado sobre tabla. Además pueden contemplarse La coronación de espinas, 1590-98 sobre pizarra de Leandro Bassano, y un Santo Entierro del taller de los Bassano. Y, para terminar, aunque es con quien se inicia el recorrido en la sala, Teseo y el Centauro h. 20 a C.- 37 d C., pintura sobre mármol blanco de Alexandros Athenaios (?). La exposición se complementa con dos esculturas, un torso de púgil y un retrato, ambos de época romana, y varias piezas de mineral en bruto. En definitiva una propuesta muy interesante y tan atractiva como desconocida para muchos amantes del arte.

In Lapide Depictum. Pintura italiana sobre piedra 1530-1555 en el Museo del Prado, Madrid, hasta el 05 de agosto de 2018.

El texto en cursiva y las fotografías son del folleto de la exposición.