viernes, 4 de abril de 2025

Oriol Maspons

Salvador Dalí. (ca. 1974) Firma y fecha al pie de la fotografía.

Oriol Maspons /1928-2013); pasearse por la galería Blanca Berlín tiene, siempre, el aliciente de descubrir, mejor aún, degustar imágenes, fotografías, que van más allá de cualquier texto; imágenes que evocan un pasado, como evocan un viejo amor, un sabor añejo inserto en el cerebro y en el paladar, un olor que nos dice que aquella fragancia ya la olimos. Maspons es uno de esos fotógrafos que supieron recoger, retener y recrear esos ambientes, esos movimientos, esas esencias de los años 50 y los años 60, cuando muchos comenzábamos a conocer, a saber, a aprender.

La exposición, creo recordar, se titulaba El Tiempo Detenido, junto con fotografías de Cualladó y Ontañón, y comenzaba con un poema de Rilke
    
                                                     Todo lo que apremia
                                                      habrá pasado
                                                      pues sólo es capaz de consagrarnos
                                                      lo que permanece

Hippie convidada (1976)

Galería Blanca Berlín, en calle Limón, 28 de Madrid.

martes, 1 de abril de 2025

Julio López Hernández

El reflejo (1978) Bronce 0.54 x 0.45 m.

La cartela de esta obra que podemos ver en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, titulada El reflejo, nos introduce de manera clara en el complejo mundo de creativo de Julio López Hernández, donde la imaginación del observador juega con la imagen etérea que le propicia un espejo: "Es una magnífica escultura en la que el artista nos muestra uno de sus temas favoritos: el espejo y su simbolismo, es decir, la capacidad de transmisión de un mensaje ofreciendo parte de la realidad truncada, cuya acción se continúa en la mente del espectador. La retratada, su hija Esperanza, queda reflejada en la mesa, mientras que el gesto de sus manos, otro tema fundamental en la obra de este escultor, se convierte en la protagonista".



lunes, 24 de marzo de 2025

Ignacio Zuloaga


Este cuadro, Retrato de la condesa Mathieu de Noailles (1913) de Ignacio Zuloaga, pertenece al Museo de Bellas Artes de Bilbao, lo he fotografiado en la exposición Proust y las artes, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, excelente muestra sobre el escritor francés en el que se hace un recorrido por sus trabajos a través de una rica muestra de pinturas de sus contemporáneos. La obra está enfocada sobre el rostro de la condesa lo que dificulta la visión de los lados, los cortinajes y el cielo. En lo que respecta a autores españoles, cabe destacar la mención que Proust hacía a los tejidos de Fortuny, en su obra cumbre En busca del tiempo perdido,  por lo que era de prever la presencia telas y trajes de Fortuny en la muestra, no así y es sorprendente, quizá por ignorancia, la obra de Zuloaga. La cartela comenta sobre ella: "Anna de Noailles se casó con el conde Mathieu de Noailles, primo de Robert de Montesquiou. Poetisa, conoció en 1898 a Proust, con el que mantuvo una interesante correspondencia. Los dos textos más interesantes de nuestro autor sobre la condesa son una larga crítica a su libro Les Éblouissements, y el inserto en Jean Santeuil, donde aparece como Madame de Réveillon".


Proust y las artes, en Museo Thyssen-Bornemisza, en Paseo del Prado, 8 de Madrid hasta el 8 de junio de 2025

domingo, 23 de marzo de 2025

Cerámica Amazonía peruana


Chomos volantes, cerámica con diseño kené. Detrás diseños Iskonawa sobre tela.

Quizá sea ésta una de las exposiciones donde menos información he llegado a recabar sobre la técnica ceramista, esta vez sobre la cerámica de la Amazonía peruana. Son tres piezas realmente interesantes de Agustina Valera y Oliver Agustín: Chomos volantes (2018-2020) Cerámica y diseño kené. La exposición gira en torno a la cultura indígena y se hace hincapié en su escasa difusión. Es difícil averiguar primero qué es el chomo al que se refiere la obra, no así el diseño kené, decoración o "conjunto de diseños del grupo étnico Shipibo-Conibo y los diseños del grupo étnico Iskonawa alcanzan a representar una visión abstracta de sus territorios".







Otra pieza interesante es un panel de azulejos de cerámica vidriada, obra de Christian Bendayán, del Taller de cerámica Iturri, titulado Fila india/Recuerdo de Iquitos (2020). En él se representan siete mujeres jóvenes de las que cabe destacar a modo de tatuajes las piernas de seis de ellas con diseño kané.

Christian Bendayán. Fila india/Recuerdo de Iquitos (2020)

Sobre este tipo de cerámica, la cartela narra la evolución de las poblaciones de ribera: "En 1864, con la llegada de los barcos a vapor a la aldea de Iquitos, se inicia el desarrollo de la economía industrial en la Amazonía peruana. Los pequeños puertos se convirtieron en ciudades; casa revestidas de azulejos llegados de Europa, y la instalación de estudios fotográficos fueron indicios de una modernidad vinculada a la llamada  "belle époque" o "art nouveau"; y concluye, "En los últimos cincuenta años, como parte de procesos sociales que afectan a la nación peruana, la migración interna desde la Amazonía a la capital se masificó, principalmente por parte de los miembros de la comunidad Shipibo-Conibo, y con ellos el arte del Kené se ha incorporado en los últimos años a los lenguajes artísticos contemporáneos, participando de nuevos procesos globales de divulgación y de mercado".

Olinda Silvano. De la serie Patrones de kené (2021) Acrílico sobre lienzo

Las obras que se exponen pertenecen a la Colección Hochschild Correa, la entrada es libre hasta el 06 de abril en el Museo Lázaro Galdianoen la calle Serrano, 122 de Madrid.

domingo, 9 de marzo de 2025

Cristina de Middel


Llegué tarde a esta exposición de Cristina de Middel (1975). Era enero de 2024. Al día siguiente clausuraban la muestra en la Sala Canal de Santa Engracia; luego creí haber perdido las fotografías que hice y lo lamenté porque la obra me gustó, tenía un punto crítico y humano muy atractivo, el punto que alcanzan los maestros. Había visto obras de de Middel y había coincidido con ella y, he de confesar que esta vez me encontré muy a gusto frente a las obras que se exponían. Casi me echaron de la exposición y tuve que conformarme con las pocas fotografías que había hecho hasta entonces. Pasado un tiempo no podía recordar los lugares donde se tomaron las fotografías, ni recordar las cartelas y, ni siquiera saber, si las había, pero, como me dijo una vez un fotógrafo, la imagen debe transmitir emociones, y quizá sea esta la causa por la que las traigo recuperadas del accidental olvido, invitando al lentor a estas emociones, quizá sea desde Afganistán, quizá desde México, donde la frontera física y humana es más profunda, más hiriente, más determinante.






Y todas debían tener una cartela, o un lema que las identificara. Por fin averigüé el título, al menos, de la exposición: Cartas al director. El título, aunque parece ser equívoco, da paso a una serie de fotografías, proyectos, según puedo leer en alguna de las crónicas que se hicieron de la muestra, que trasladan al espectador a las crónicas periodísticas del momento. Yo prefiero quedarme en las imágenes que vi, en las connotaciones que percibí a través de ellas, la lucha por la vida, de una u otra forma, el valor intrínseco de las imágenes, los protagonistas, algunos retratados, fusil en mano o con el rostro tapado, de espaldas, anónimos en la frontera. Ese es el valor: la emoción.





Cristina de Middel, Cartas al Director, en Sala Canal Isabel II, en calle Santa Engracia 125 de Madrid