domingo, 19 de octubre de 2025

Jaime Aledo

La mirada, el agua y el castigo (2024) Acrílico/lienzo 44x55 cm

Hacía tiempo que no disfrutaba una exposición con lo hice con ésta. Cuando pregunté hasta cuándo estaba abierta al público, el galerista me dijo que hoy cerraba y mañana cuando abra ya habrá descolgado los cuadros: dura lo que dura hoy. Hablamos luego de los colores, el verde y la mezcla con amarillo, blanco y otros verdes. Detrás del muro, en la otra sala, hay un cartel que yo no había visto, me indica. En el cartel se explica la síntesis de la exposición. Yo, hasta entonces, sólo había podido comprobar, y es poca cosa, que había cuatro estilos, uno, el más llamativo, el de los colores verdes,  paisajes muy Cézanne y personajes barrocos reconstruidos de Rubens o Tiziano; un segundo grupo abstracto, de mayor tamaño, de colores vivos; el tercero una serie de pequeñas obras como pictogramas y una cuarta serie muy viva, también pequeñas, de acuarelas que no fotografié por evitar los reflejos del cristal del enmarcado.

Susana t los viejos (2024) Acrílico/lienzo 33x41 cm


La mirada, el agua y el castigo

Hay dos historias, dos bíblicas y otras dos de la mitología griega que nos hablan de los posibles peligros de la mirada, de mirar -por malicia, vanidad o inadvertencia- aquello que no debe ser visto; Susana y los viejos, David y Betsabé, Narciso y Eco, Diana y Acteón. Coinciden en que el objeto del deseo de los mirones se encuentra en el agua y mirarlo lleva implícito un castigo.

Narciso y Eco (2024) Acrílico/lienzo 33x41 cm 

Estos relatos, más bien sus estructuras narrativas, son susceptibles de generar cuatro composiciones visuales análogas pero bien diferenciadas, que no sólo sustenten un aviso moral sino que también sean metáforas de la pintura (en cuanto que es objeto de la mirada), de la acción de pintar (que pretende aquello nunca visto), del propio pintor (ensimismado en su propia imagen proyectada sobre el lienzo), o, incluso, del espectador (desprevenido frente a una propuesta visual inesperada).

David y Betsabé (2024) Acrílico/lienzo 33x41 cm

Es cierto que un cuadro no necesita de la palabra para organizarse como significante, pero una palabra bien dicha, pertinente, puede producir una imagen y estimular la mirada para que penetre en su sentido más allá del mero relato, de su moraleja o de una supuesta alegoría, porque una vez convertida en pintura, esa imagen ya no es otra cosa sino pintura. Pintura Pura, que contiene en sí todo saber.    Jaime Aledo

Diana y Acteón (2024) Acrílico/lienzo 33-41 cm

El texto, firmado por el artista, aclara conceptos; las imágenes, las alegorías; la pintura pura lleva al espectador a recrear las historias. No obstante, el texto lo leí en el Metro, de vuelta al taller, lugar donde se revive lo visto y, lo que no nos ha emocionado, se olvida. Y no era difícil en el trayecto encontrar las miradas de David y las de los viejos sobre Betsabé y Susana; ni la metamorfosis del indiscreto Acteón y arrogante Narciso sobre Diana y la desdichada Eco. El castigo quizá fuese haber visto la muestra una sola vez. Cuando publique esto la exposición ya estará desmontada.

Los traspiés de Susana (2022) Acrílico/lienzo 130x195 cm

El susto de Diana (2023) Acrílico//lienzo 116x178 cm. Díptico

La caída de Narciso (2024) Acrílico/lienzo 21x116 cm 

La sumisión de Betsabé (2024) Acrílico/lienzo 97x146 cm

Jaime Aledo, La mirada, el agua y el castigo en galería Estampa, en calle Justiniano, 6 de Madrid

sábado, 11 de octubre de 2025

Agustí Centelles

Guardias de asalto en la calle Diputació, Barcelona (1936) Cámara Leica M3
España. Ministerio de Cultura. Centro documental de la Memoria Histórica
CENTELLES. FOTO 4257

Si alguna fotografía merece el título de icónica, una de ellas es sin duda esta Guardia de asalto en la calle Diputació, Barcelona (1936) de Agustí Centelles. No sabría decir en cuántas galerías, o al menos en qué galería, la he visto: Una de ellas fue en una pequeña galería en la calle Pelayo de Madrid, pero nunca la tuve a mi alcance. En otra ocasión, fue una exposición antológica sobre Centelles de la que no guardo imágenes, tan sólo que el fotógrafo dedicó gran parte de su vida profesional a la fotografía publicitaria. En fin, hoy sólo puedo traer esta de la Guerra Civil Española recogida en la exposición sobre el centenario de Leica -está tomada con Leica M3-, y con ella basta.

Leica. Un siglo de Fotografía, en Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, Plaza Colón, Madrid

jueves, 25 de septiembre de 2025

Alfredo Alcaín

A la pintura (octubre 1977) Collage y óleo sobre madera. Colección Gabriel Cañadas

Alfredo Alcaín. Una retrospectiva. Así se anuncia la exposición de la obra, una amplia y variada obra del Alcaín dominada por el color y encabezada, al menos la obra que abre la exposición A la pintura (1977), es todo un canto al color. Sorprende la variedad de estilos, la técnica y el resultado que en ocasiones parece desparejado, series que mutan y concluyen por agotamiento. Pintura, escultura, bodegones, Cézanne, madera, bronces, lienzo, óleo y pétit-point, punto de cruz, Morandi, plantillas. Pero todo tiene su inicio, una pintura que parece transformarse desde el formalismo hacia la abstracción, siempre prevaleciendo el color sobre la forma.

Paisaje de desmontes (marzo 1957) Óleo sobre tela

BODEGONES

Bodegón de las manzanas (1958) ´Óleo sobre tela. Galería Elvira González

Un día, hace años, descubrí este Bodegón con manzanas de la galería Elvira González. Lo fotografié, -no tenía tantos brillos. La obra tiene una sencillez embaucadora, idílica, ese mantelillo puede ser el de cualquier casa, de cualquier madre, de cualquier cocina. Me entusiasmó volver a verlo. Luego leí la cartela, para Alcaín "el tema clásico del bodegón ha sido quizá el más frecuentado en mi obra. Sobre todo en los años ochenta y noventa, con una extensa reinterpretación del bodegón cubista, siendo muchos de ellos en relieve. En dibujo y gráfica los hay de forma abundante".

Bodegón del anís Bombita y las nubes Arp. (abril, 1986).
Óleo y lápices de color sobre madera. Museo Nacional de Artes Decorativas. Madrid

Bodegón del metro de carpintero y la regla. (octubre 1986)
Collage, óleo y lápices de color sobre madera. Colección particular

Bodegón de la copa de manzanilla (marzo, 1985) Óleo sobre madera
Colección particular

HOMENAJES

Insertado en la muestra hay varios homenajes y variaciones de obras de otros artista: Giorgio Morandi, formas e instalaciones; el colorido de Cezanne y un bello recuerdo de 

Cézanne Petit point LXXXVII (Julio, 1985) Óleo sobre tela
Colección Fundación Montemadrid

Bodegón (Pequeño homenaje a la memoria de Giorgio Morandi) Abril 1966.
Óleo sobre tela. Colección Pablo Cano

Bodegón (Morandi IV), Junio 1990 Objetos sobre madera

Vía S. Leonardo (Pequeño homenaje a la memoria del pintor Ottone Rosai) Enero 1965
Óleo sobre tela. Colección particular



Alfredo Alcaín. Una retrospectiva, en Sala Alcalá 31, en calle Alcalá, 31 de Madrid

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Guido Caprotti

La madre del héroe (1938) Óleo sobre lienzo

En 1916 el joven Guido Caprotti se dirigía a León en tren. Una fuerte temporal de nieve bloqueó las vías quedando el tren bloqueado en Ávila. La situación duró varios días y el joven pintor permaneció todo el tiempo en la ciudad donde acabó vivió. Abandonó temporalmente la ciudad durante la guerra civil española y al terminar la contienda vuelve a Ávila donde residirá hasta si muerte en Valmaseda (Vizcaya) en 1966.

Dominicos ante Ávila (1937) Óleo sobre lienzo 

Artista costumbrista se convierte en pintor oficial de la ciudad y la alta sociedad abulense a la que se va adaptando rápidamente. Caprotti comienza a ganarse la vida como retratista de encargo y abunda, sobre todo, en el paisaje y los aspectos sociales de la ciudad, el clero, los tipos, las gentes y la vida cotidiana abulenses.

Mercado de ganado )1917) Óleo sobre lienzo


Guido Caprotti en Palacio de Superunda o Caprotti, en plaza Corral de las campanas, 3,  Ávila.

martes, 9 de septiembre de 2025

Fausto Blázquez

Niño del Columpio (1968) Bronce

Siempre he tenido a Fausto Blázquez como abulense, pero veo en el catálogo-librito de su exposición antológica, precisamente en el Museo de Ávila, (2005) que nace en Madrid, . El error, todo sea dicho, viene propiciado porque en Ávila abundan los apellidos Blázquez. Su relación con la ciudad es estrecha y se han llevado a cabo varias exposiciones con su obra en la capital abulense. La primera de sus obras que contemplé es Niño del columpio que se exhibe en el Espacio Cultural Caja de Ávila, en el Palacio de los Serrano, en la planta baja, en una especie de jardín acristalado.

Espacio Cultural Caja de Ávila, en Palacio de los Serrano, en Plaza de Italia, 1. Ávila