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Flores. Acrílico sobre tela. (2018) 195x195 |
El vánitas del título nos transporta, casi sin proponernoslo a la pintura del XVII, en mi caso y más concreto al
Sueño de un caballero, al simbolismo y la alegoría de lo efímero:
Aeternamente hiere, vuela veloz y mata, y con este ensueño me propuse descifrar el
Vanitas de
José Ramón Lozano, buscar el simbolismo que encerraba su obra e iba recorriendo sus dos anteriores muestras: de la carnalidad de sus retratos, representada con enormes manchas -el espectador suele percibir como un signo de violencia antes que la pura ilusión de un rostro amado y deseado- que desembocaban en un sentimiento de fragilidad. Con esa introducción tan concisa llegué a la sala conociendo tan solo el título y con un enorme apetito por ver la nueva obra que el propio
José Ramón me había anunciado pocos tiempo antes.
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Sin título (VI). Acrílico sobre tela. (2019) 170x190 |
En esta ocasión
José Ramón Lozano da un salto en la elaboración en su pintura. Ejecuta las obras con una pincelada cada vez más enérgica y suelta, más expresionista si cabe, tanto los retratos en los que surgen las líneas del boceto entre los golpes violentos y seguros del pincel, persistiendo en potenciar esa carnalidad de la que antes hablaba, y deja al aire las líneas maestras que surgen del rostro de la modelo para dejar la incógnita en el espectador, si son del encaje de la obra o son para el retoque porque en ocasiones las facciones de la modelo parecen agotadas, la mirada ausente de un rostro que transmite ya madurez, que proyecta sobre el espectador una abstracción "
desposeída de emoción alguna", nos cuenta escueto el díptico, pero frágil, muy frágil.
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Vanitas 010. Acrílico sobre tela. (2019) 200x260 |
Había entre la obras, uno de esos retratos que no se incluía en la exposición, uno terminado unos meses antes, en el que los rasgos estaban más definidos, la obra estaba más elaborada y -me pregunté- ¿tanto ha evolucionado el artista en tan corto espacio de tiempo? La respuesta estaba en la sala: los trabajos que presenta ahora -retratos y flores- parecen pintados para sí mismo, como el maestro que pinta con el sólo propósito de disfrutar, gustarse y deleitarse en su obra, por esa razón -pensé- debería buscar el vánitas no en un acto de soberbia sino en la introspección, en la reflexión que el artista ejerce cuando mira su obra desde la distancia, en ese momento en el que su pensamiento se introduce y hurga en la tela buscando su propia identidad, su certeza y sin más discurso que su propio arte, su genuina expresión.
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Sin título (IX). Acrílico sobre tela. (2019) 195x195 |
Vanitas, de
José Ramón Lozano en
Galeria BAT Alberto Cornejo, en María de Guzmán, 61 de
Madrid, hasta el 21 de junio de 2019.
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