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| Fotografía Alfonso. Antonio Machado y la periodista Rosario del Olmo. Café de las Salesas. Madrid (1933) |
Fotografía de Alfonso Sánchez en la que se retrata a Antonio Machado y a la periodista Rosario del Olmo. Está tomada en el Café de las Salesas donde el poeta y la periodista se habían citado para una entrevista el 8 de diciembre de 1933. El café se encontraba en la calle de las Salesas, en el número 17 de la actual calle Conde de Xiquena donde estuvo abierto hasta 1945. La entrevista se publicaría al año siguiente, el 12 de enero, en el periódico La Libertad con el título "Deberes del arte en el momento actual". La periodista tenía en aquel momento 29 años. A partir de la publicación del artículo Rosario del Olmo desapareció de la fotografía y desde entonces en la imagen que tomó de Alfonso tan solo aparecerá Antonio Machado. En la fotografía volvería a aparecer la periodista junto al poeta una vez que el archivo del fotógrafo, tras la muerte de éste, pasa a ser propiedad del Estado en 2001.
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| Poesía. Antonio Machado. Alianza Editorial Madrid 1976. Cubierta Daniel Gil sobre fotografía de Alfonso |
El artículo completo de Rosario del Olmo publicado en La Libertad el 12 de enero de 1934 en la pág. 5.
AL COMENZAR EL AÑO 1934
DEBERES DEL ARTE EN EL MOMENTO ACTUAL
Comienza un año que, si no decisivo parece por lo menos trascendental para el Mundo entero. Son muchos los problemas pendientes, y los síntomas que pueden advertirse, más que de resolución, son de agudización de todos ellos. En el orden económico, en el político y en el social, la crisis reviste caracteres de gravedad extraordinarios. Cada minuto que transcurre representa una quiebra incalculable de millones; el fracaso de un sistema político, el aumento de esa inmensa catástrofe que es el paro obrero, la inminencia del peligro de guerra... Cada hora que pasa supone un incidente de terribles consecuencias para las relaciones internacionales, significa la turbia gestación de un golpe de Estado en cada país...
En estas circunstancias los hombres del Parlamento y los del foro, los de las organizaciones obreras, los representantes de la industria y del comercio, los de la fábricas y Universidades, casi tos, en fin, manifiestan sus opiniones y orientan sus actividades, desde sus respectivos puntos de vista, , hacia ese fin común de la lucha social. Se ha abierto no un paréntesis -todos saben ya que la batalla será decisiva y que se avecina una conmoción, de la que se salvarán escasos valores (exclusivamente los que posean un mérito universal y perdurable auténticos)-, si no una tregua durante la cual se toman posiciones para el combate.
¿Y los artistas? Por sensibilidad están obligados a captar el mensaje de esta ora histórica, de este final de ciclo, de este alumbramiento de otro cuyos perfiles se dibujan ya en el país que sirve de unión a oriente y occidente. ¿Para defender la causa que abracen libremente? Así será de todos modos, puesto que ya el inhibirse supone una complicidad significativa. La "torre de marfil", es muro desde donde se ametralla. La autonomía del arte, disculpa increíble. El artista que permanezca indiferente al dolor de esta época, erizada de contradicciones, no es sólo un egoísta. Desde sus abstracciones cumple (es posible que a veces hasta sin advertirlo) una misión activa. Especulando con la belleza inmaterial, con la forma absoluta, engaña o anestesia. Sirve, desde luego, unos fines no siempre claros.
La conciencia de que ha llegado el momento de penetrar en ese sector un poco hermético del arte en general, nos lleva a iniciar una serie de entrevistas con los más insignes representantes del mismo, para conocer su opinión acerca del problema expuesto sobre la base concreta del tema: "Deberes del arte en el momento actual"
Iniciamos hoy nuestros trabajos con el gran poeta Antonio Machado, que no ha rehuído el tema ni soslayado la cuestión:
- ¿Cuáles cree que son los deberes del arte en los momentos actuales? -Le preguntamos
Y nos responde:
- Confieso que su pregunta me coge un poco desprevenido. ¿Tiene el arte deberes que cumplir, tareas concretas que realizar semejantes a deberes? Yo no me atrevo a afirmarlo, ni a negarlo tampoco. El arte ha proclamado muchas veces su autonomía dentro de la totalidad de la cultura, la absoluta libertad para producirse, el derecho a no obedecer a ley alguna que no emane de él mismo. Si esta pretensión no es vana, los deberes del arte serán estéticos, muy difíciles de definir y más aún de asimila a los deberes propiamente dichos que son los morales. Pero el arte también ha estado muchas veces al servicio de algo que no es el arte mismo. Los siglos de oro, en general, han sido modestos. Lope de Vega se propuso divertir con sus comedias, no ya al pueblo, sino al vulgo; Corneille y Racine escribieron para solaz de una corte; Fidias consagró su arte al culto de una diosa local; Píndaro fué un jaleador de os atletas helénicos. En verdad, la independencia absoluta del arte es un concepto romántico de la gran época de los superlativos, que no fué -dicho sea de paso- específicamente artística. La teoría posterior del arte por el arte ha acompañado a una producción decadente.
Digo todo esto para demostrarle que no soy un fanático de la salvaje independencia del arte, y que su pregunta no me parece absurda, aunque y no acierte a contestarla de una manera rotunda.
Por eso vuelvo sobre ella: "¿Qué deberes tiene el arte en los momentos actuales?"
Acaso el deber del arte en los momentos actuales, como en todo momento, sea el de ser actual. Si la actualidad del arte no fuera algo inherente a su propia naturaleza, habría que imponérsela como un deber. Pero no hay arte verdadero que no sea actual, es decir, de su tiempo, del tiempo en que se produce.
- ¿Y qué opina usted de nuestro tiempo?
- Para el artista, y, en general, para el hombre, los momentos actuales tienen una enorme importancia, en cuanto son los que él precisamente vive. Desde un punto de vista más objetivo, los momentos actuales pudieran no tener la importancia que se les atribuye. Algunas veces he pensado que acaso esta época nuestra, este primer tercio del siglo XX, con su guerra mundial, sus conmociones sociales, etc., pudiera ser una de las épocas más insignificantes de la Historia.
¿Qué pasa hoy en el Mundo que tenga la importancia y las trascendencia de la ciencia nueva de Galileo, de la reforma de Lutero, de las revelaciones de Cristo, de las charlas de Sócrates con los jóvenes de Atenas? Realmente no sabemos todavía si ha pasado algo importante en nuestro tiempo.
Pero estas consideraciones, más o menos escépticas, no eximen al artista de vivir su tiempo y aun de amarlo y sentirlo profundamente.
En cuanto al arte moderno - tenga o no deberes concretos que cumplir- , es muy posible que acabe por prescribírselos, aunque sólo sea para curarse de sus inquietudes, un tanto hueras, y de su gran desorientación. Los tiempos que corremos son más de disciplina que de libertad, y esto ha de acusarse en el arte de alguna manera. La poesía, especialmente, ha de tender a desindividualizarse y aceptar la norma comunista -empleo esta palabra por ser de su agrado- quiero decir de comunión cordial entre los hombres. Porque pasó el tiempo del solipsimos lírico en que el poeta se canta y escucha a sí mismo. El poeta empieza a creer en la existencia de sus prójimos y acabará cantando para ellos.
Así me ha hablado el gran poeta. Bellas palabras as suyas para vestir dignamente las hermosas ideas expuestas y para iniciar con brillantez estas informaciones.
ROSARIO DEL OLMO
Rosario del Olmo tuvo una dilatada implicación social además de su profesión como periodista. Según declaró en el Consejo de Guerra que la juzgó en 1941, estuvo afiliada a la CNT y al comienzo de la Guerra Civil lo hizo a UGT, declarándose simpatizante del PCE sin pertenecer al partido. Fue nombrada jefa de la Oficina de Censura de Prensa Extranjera del Ministerio de Estado en sustitución de Arturo Barea quien dimitió en septiembre de 1937. Fue detenida el 17 de junio de 1939 y encarcelada. Permaneció en prisión hasta ser juzgada en 1941 y condenada a 12 años de prisión, lo que le posibilitó acceder a la libertad provisional prácticamente después de la sentencia. Tras su salida de la cárcel desapareció del ámbito público y permaneció en silencio hasta su muerte en 2000.

