En Leica Gallery podemos ver hasta primeros de marzo dos interesantes exposiciones del fotógrafo norteamericano Steve McCurry. La primera sobre China y la segunda, la que realmente me ha impactado, retratos icónicos. Esta última es una selección de fotografías de las que vale la pena sentarse y contemplar con serenidad cada uno de los personajes retratados y sostener, si se puede, sus miradas, unas frías, cálidas y cándidas, otras agotadas, desafiantes, resignadas. Fotógrafo de raza, viajero que -viajando con poco más que una bolsa de ropa y películas de fotografía-; cubre con su trabajo un amplio espectro -conflictos, culturas desaparecidas, tradiciones antiguas y cultura contemporánea- Es fácil imaginar que lo que se pretende con la exposición es que el espectador se recree en las obras, porque ninguna tiene título, ni lugar, ni referencia técnica; por lo espectador, que tampoco precisa de esos datos, sólo debe imaginar qué hay detrás de cada uno de esos personajes, de esas poderosas miradas.
Cabe recordar, según relata la presentación escrita en la pared de la galería a la que es todo el texto en cursiva, la icónica fotografía de la Chica Afgana. "Después de varios meses de viaje (por la India), cruzó la frontera hacia Paquistán En una pequeña aldea se encontró con un grupo de refugiados de Afganistán que lo ayudaron a sortear la frontera justo cuando la invasión rusa estaba cerrando el país a los periodistas occidentales. Vestido con vestimenta tradicional, barba y rasgos desgastados por el clima después de meses conviviendo con los muyahidines, McCurry se dirigió a la frontera de Pakistán con sus rollos de fotografía cosidos en su ropa"; aunque como podemos comprobar el interés por la obra de McCurry es mucho mayor, por lo que es muy recomendable la visita a la galería.
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