Magistral y paradigma de su obra es la serie dedicada a la transformación urbana de Bilbao en la década de los noventa: Cánovas se distancia de una visión pretendidamente objetiva, estableciendo un vínculo emocional con los espacios que propone. Su trabajo constituye una suerte de registro sobre la transformación de lo urbano. A la vez, esta exposición pone de manifiesto su idea sobre la propia fotografía, "una actividad permeable a la experiencia personal en cada lugar y en cada momento, y que gira poéticamente en torno a las ideas de tiempo y distancia".
La simbiosis del fotógrafo con el lugar que reiteradamente fotografía y hace suyo: Como un rostro puede contener todos los gestos, un escenario puede contener todos los tiempos. El fotógrafo no es más que un tipo que pasaba por allí, a veces con toda intención, y a veces casualmente, con su oficio, con sus conocimientos y sus obsesiones a cuestas, que pudo percibir alguno de esos tiempos, y que propone compartir su experiencia.
Y sobre el espacio y el tiempo y el fotógrafo señala: Cuando las cosas tienen sentido, la fotografía es capaz de fijar una experiencia de cada espacio y de cada tiempo que ocupa el fotógrafo. Y entonces, solo entonces, ahí está su magia, todos somos el fotógrafo.
El texto y las fotografías de esta entrada están basadas en el folleto informativo y en la exposición-
Museo ICO, hasta el 09 septiembre 2018, en calle Zorrilla, 3 de Madrid.
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