martes, 19 de marzo de 2019

Cristina Toledo

COLECTIVA

Se acercaba el verano de 2019 y la Galería Tournemire se prestaba celebrar su exposición de primer aniversario, nada mejor que hacerlo con una muestra colectiva con algunos de los artistas que habían desfilado durante ese primer año de vida de la galería, entre ellos Cristina Toledo a quien se le había dedicado una individual la primavera de ese año. Fue una lástima que el recorrido de la galería fuese tan breve, a la vuelta de esta colectiva con el mes de agosto entre medias, la galería cerró.

Victoria Beauty 2018 Óleo sobre lienzo 65 x 92 cm

INDIVIDUAL

Un paseo por la tarde por la plaza de las Salesas siempre es agradable. Uno de esos días me encontré frente a la Galería Tournemire recién abierta, una pequeña sorpresa sin duda, una apertura, y con obra atractiva, también sin duda, agradable. Mi pregunta fue, al inicio de una nueva singladura artística y empresarial, la línea que va a seguir y la calidad de la obra que va a exponer. Era la segunda visita que hacía a la galería y fue reconfortante ver que la línea es muy similar a la anterior: arte figurativo y artistas jóvenes; en la exposición actual una pintora, Cristina Toledo

Widow. 2018. Óleo sobre lienzo. 100 x 100 cm
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La exposición, con el título La emoción secuestrada, gira en torno, como el título indica, al mundo de las emociones en el que la artista recrea a través de una serie de fotografías que ha reproducido de forma sencilla a la vez que elegante, sin buscar en ningún momento un pretendido hiperrealismo, ni, por el contrario, un mero esbozo de la escena, sino que capta la sencillez del posado con sobriedad y oficio a la vez que transmite la emoción que esconde el retratado. La obra, en la que predomina casi siempre el blanco y negro y los tonos grises, respira con ligeros toques de color que dan viveza a la escena, unas tonalidades sepias que transportan al espectador a la esencia de la fotografía, el tiempo y la época.

Back to the camera. 2018. Óleo sobre lienzo 80 x 190 cm.

Las obras tienen diferente tamaño y forma, lo que la hace atractiva a la vista del espectador en el conjunto, que junto a la nota que acompaña a la presentación de la exposición, -muy bien redactada- se explican aspectos tanto de la obra como del trasfondo moral de cada una de ellas, del conjunto y su contexto: con "la palabra 'emoción' acuden a nuestra mente sus dos vertientes más inmediatas: el gozo y el sufrimiento. Ninguno de estos dos matices nos asaltan al contemplar los personajes representados por Cristina. Si acaso, neutralidad y contención...".

Llama la atención es la casi ausencia de rostros en muchas de las obras, un aspecto casi ineludible a la hora de reflejar el estado emotivo del personaje: llanto, tristeza, alegría.. sino que las caras de los personajes se esconden tras un pañuelo, las manos o directamente están retratados de espaldas, ""anti retratos" "Si ofrecer el rostro es un intento tradicional de buscar en el alma del representado", -añade la nota- la representación "de espaldas" "supone una anulación radical de todo lo concerniente a la emoción como elemento de comunicación con los otros en tanto que seres sociales". En definitiva, una propuesta atractiva, un entorno, la galería, acogedor, un buen montaje y una artista que  transmite emociones en su obra, toda una invitación.

Grief. 2018. Óleo sobre lienzo.  195 x 130 cm.
La emoción secuestrada, de Cristina Toledo, en Galería Tournemire, en plaza de las Salesas, 2 de Madrid, hasta el 13 de abril de 2019.

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