viernes, 28 de enero de 2022

María Antonia García de la Vega

PASAJERAS EN CENTROCENTRO

Uno se pregunta muchas veces cuántas personas visitan las exposiciones en los centros abiertos como éste de CentroCentro sede del ayuntamiento de Madrid. En la visita de ese día (04 mayo 2025) no había una afluencia de público muy exagerada, pero sí la suficiente como para esperar una pequeña fila para pasar por el escáner, el arco de seguridad y detector de metales. La propuesta era interesante y atractiva, una antológica de Rafael Canogar y, como agazapadas un par de exposiciones, entre ellas una de Maria Antonia García de la Vega, un libro de fotografía, Pasajeras en CentroCentro que bien pudiera ser, o representar esa corriente de visitantes que, una vez en la sala de exposiciones en el primer piso, se antojaba caprichosa, como una fila de muñequitos en formación hecha por un niño.

Candela Cort

Un video iba pasando imagen tras imagen, con la cadencia propia de un máquina precisa, el mecanismo de un reloj perfecto que oculta sin embargo, el tic-tac de los engranajes en una minúscula caja de madera. Ante los ojos del espectador, pasaba el retrato minucioso, exquisito de cada una de las modelos que posa ante la cámara. A un lado, sobre unb atril de metal, el libro, un retrato por página, atado con un cordel que el visitante ojea a la vez que desfilan las páginas digitalizadas del video. Entonces comienza el juego de imágenes que el visitante no consigue completar, nunca la imagen de la pantalla coincide con la que aparece en ese momento en el libro, retratos de mujeres famosas, unas son conocidas, otras desconocidas en el anonimato de la fama, y en un mural, uno a uno aunque no todos, los nombres de las retratadas.


Hice unas fotografías de algunas de las páginas y esperé encontrarlos nombres de las modelos en la lista del panel, pero algunas no estaban, se habían escabullido de la nómina de invitadas, tan anónimas entonces como las visitantes que esperaban entrar en el edificio, y se tornaban todas desconocidas y se iniciaba a partir de ese instante un viaje lento, pausado y cadencioso como la maquinaria el tic-tac de un reloj en una caja de caoba, un bucle perfecto, leve, armonioso.



Pasajeras en CentroCentro, de María Antonia García de la Venga, en CentroCentro Madrid, plaza Cibeles, 1 de Madrid, hasta el 28 de septiembre de 2025.


UCRÓNICOS 

Oí una vez, no sé si será cierto, que Enrique VIII de Inglaterra hizo repetir un retrato que le hizo Holbein el Joven porque no desprendía su carácter. No sé nada más de esa historia y, como digo, no sé si es cierta la anécdota, tan solo que Holbein tenía fama de cuidar las formas, captar cuanto había en el entorno del retratado, cualquier detalle, sin preocuparse del aspecto psicológico del personaje. Holbein es uno de los mejores retratistas de la historia de la pintura. Esta fue una de las primeras historias que me vinieron a la memoria al ver el libro María Antonio García de la Vega.


Ucrónicos es un proyecto envidiable y a la vez que valiente. Uno se pregunta por esa osadía de reinterpretar un cuadro y conseguir con la cámara de fotografía lo que el pincel captó en su momento, esa reconstrucción de la historia a través de hipótesis y a través de personajes que, de manera atenta, reconocer o intuir en la gravedad de las miradas, la pose estudiada, la seriedad -a penas uno de ellos parece sonreír-, todo ello lejos de la perfección que imponían Holbein en su obra. Se me antoja pues un gran esfuerzo rescatar la gallardía de los retratados, casi todos miran de frente, con arrogancia como los retratos del Greco, o con cierta pesadumbre y agotamiento como los personajes por Goya. No hay mayor valentía que sostener esas miradas de quienes creemos reconocer; quizás nos enfrentamos a Jovellanos, Ulloa, Jorge Juan o Torrijos; incluso atrevernos a jugar a descubrir al caballero retratado, del siglo XVI o del siglo XIX, al ricohombre, al científico, al viajero, al político, al arquitecto y al conquistador. Sin embargo, quienes nos hemos hecho con el libro quizá lo que menos buscamos es el personaje, ni tan siquiera la historia ni cómo se fraguó ese retrato, hoy fotografía; ni siquiera intentar reconocer, como es el caso de muchos de ellos, al modelo. Ucrónicos no es sólo un conjunto de imágenes, es un conjunto de juegos, de adivinanzas e historias que de cada uno de esos personajes María Antonia nos propone, sea obra de Holbein el Joven, El Greco, Goya o Lorenzo Lotto: es un libro vivo, que lejos de descansar en un estante lo mantendremos cercano, a mano, presto a ojearlo, para revisar, revivir, adivinar y disfrutar de la historia de uno de esos 128 personajes escogido por el lector de imágenes al azar. Un hermoso reto.

 Ucrónicos, María Antonio García de la Vega, Madrid, 2020








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