domingo, 4 de diciembre de 2022

Amalia Avia

Puerta del Sol (1979) Óleo sobre tabla

En 2016 hubo una exposición Realistas de Madrid en el Museo Thyssen Bornemizsa de Madrid, donde había una amplia muertas de pintores y escultores del realismo, muy cercano al hiperrealismo donde me sorprendieron Isabel Quintanilla y Amalia Avia. Desde entonces no había vuelto a ver nada más del grupo excepto algunas obras de Antonio López. Por esa razón no me ha sorprendido tanto ésta exposición de Amalia Avia en la Sala Alcalá 31, porque en realidad la exposición es desbordante en muchos aspectos, por la calidad, por la cantidad de obras y por la evolución de la pintora.

Domingo por la mañana (1967) Óleo sobre tabla

Para muchos es probable que haya pasado la obra de Amalia Avia (1930-2011) totalmente desapercibida, quizá porque ha sido arrinconada, como tantas otras artistas, sin saber por qué, en el ostracismo de una sociedad patriarcal como la que le toco vivir. No debemos olvidar nada de lo que la rodeó; sino intentar rescatar y saborear toda su obra que está provista de carácter y alma, algo de lo carecen muchos movimientos, para acabar rindiéndonos al encanto de algunas obras que semejan costumbristas, el alma de una España lúgubre que parece pervivir a la España negra de Gutiérrez Solana, y que pugnaba por salir de la oscuridad de la dictadura. Su obra me recuerda mucho aquellos años de infancia, los niños corriendo tras un balón en calles sin automóviles, las tierras pardas de cosechas y las lúgubres construcciones, estaciones de tren y mercados entre los restos de la guerra que se levantaban junto a sus escombros, las marcas comerciales que se radiaban entre noticieros y coplas, los muebles y las habitaciones con altísimas camas que parecían rezumar humedad entre los encajes, las tabernas y los bares luminosos y lúgubres de atmósferas rancias que destilaban embriaguez.

Rebaño (1960) Óleo sobre tabla

La cama de Lola (1981) Óleo sobre tabla

Torito (1969) Óleo sobre tabla

Cambio de agujas nº 2 (1997) Óleo sobre tabla

Mercado de Santander (1988) Óleo sobre tabla

La taberna (1977) Óleo sobre tabla

El lector, por las imágenes que traigo aquí, puede caer el error de creer que todas las obras tienen el mismo tamaño. No es así, El rebaño (1960) es una pequeña tabla que no excede los 30 cm de largo, mientras que Mercado de Santander (1988) o Puerta del Sol (1979) son obras que superan el metro de longitud, toda vez que las cartelas no indican las medidas de cada cuadro. Interesante es, sin embargo, las vitrinas donde se exponen los cuadernos de notas de la pintora en el que anotaba el lugar donde se expuso la obra y a quién o dónde se vendieron y las fotografías, en su caso, que le sirvieron de modelo.

El Japón en Los Ángeles (1995) Óleo sobre tabla
Esta obra da título a la exposición

Amalia AviaEl Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia, en Sala Alcalá 31, en la calle Alcalá, 31 de Madrid hasta el 15 de enero de 2023.

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