lunes, 28 de noviembre de 2022

Cerámica de Teruel

 
Una de las salas más interesantes del Museo de Artes Decorativas es la dedicada a la cerámica de Teruel, más que por la espectacularidad y el refinado de las piezas, es porque quizá sea la más cercana a la vida cotidiana, la más popular y quizá la de mayor vigor: piezas robustas y decoraciones sencillas, donde la utilidad está por encima de la estética, manteniendo su identidad con decoraciones sobrias. En la primera de las cartelas de la sala, donde se hace una aproximación a la cerámica turolense podemos leer: 

Los principales centros de tradición alfarera de Aragón han sido Calatayud, Muel, Teruel y Villafeliche. De los cuatro, ha destacado siempre Teruel, por la mayor calidad de sus producciones y por su prolongada actividad, sin interrupción desde el siglo XIII hasta nuestros días. Sus estilos evolucionaron desde la tradición mudéjar a la imitación de las modas europeas, siempre con un modo sencillo y poco refinado, pero muy vistoso gracias a la vivacidad de sus colores.

Plato siglo XIX

La cerámica de Teruel, -continúa la cartela- se divide en dos etapas bien diferenciadas, la primera desde sus inicios "hasta el siglo XVI, todas las decoraciones se realizan en verde y morado, siguiendo la tradición y el estilo mudéjar. Predominan los motivos florales y geométricos sencillos", la segunda a partir del siglos XVI que se caracteriza por la incorporación de "composiciones en azul y las escenas más naturalistas: paisajes con animales y escenas con personajes. Este cambio es consecuencia de la evolución del gusto con la llegada masiva de importaciones de porcelana china".

La relación entre forma y función es muy evidente en las producciones turolenses. Las piezas para servir la mesa (platos escudillas o vinagreras) sencillas y sin complicaciones.
Son más variados los tipos destinados a la cocina (jarros, morteros, alcuzas, orzas o lebrillos), lo que demuestra que las formas robustas y resistentes de Teruel tuvieron más éxito en ese contexto.
También se elaboraron botes de farmacia, azulejos, pilas benditeras y bacines.

Pilas benditeras

Técnica y decoración. Del siglo XV al XIX. La cerámica de Teruel se reconoce por el intenso color rojizo de su barro , y por sus blancos manchados, ya de verde, ya de azul o de gris, que sucesivamente predominan según las épocas.
La formas son siempre robustas y más gruesas que las de otras fábricas. La decoraciones aparecen plasmadas mediante pinceladas firmes y decididas a la vez que alegres y vivaces. A los verdes y morados intensos del siglo XV, se suman los azules en tonos diversos del siglo XVI, azules que tenderán al gris y al morado de los siglos siguientes.

Lebrillo en la que se aprecia el color rojizo del barro

Vajillas de mesa. La vajilla de mesa turolense es variada en formas y decoraciones.
Los platos y fuentes de diferentes tamaños y perfiles enriquecen la presentación de las "pitanzas". Entre los recipientes para líquidos, además de las jarras con distintas formas, destacan las alcuzas (botellas de cuerpo cónico y cuello estrecho, con una pequeña asa típica de los alfares aragoneses), en las que se servía el vino desde la bodega. En las mesas más completas, existían piezas auxiliares para la sal y las especias, y para las salsa.
En las decoraciones, durante del siglo XVI, a los típicos morados y verdes de tradición mudéjar, se irán sumando los azules diversos de influencia talaverana.

Jarra con decoración azul de influencia de talaverana


Cerámica de cocina. Es entre las piezas de cocina, como los grandes lebrillos (barreños), las orzas de almacenamiento, las típicas aceiteras y los sólidos morteros, donde se manifiestan mejor las robustas formas y las vigorosas decoraciones que más fama han dado a esta cerámica, sobre todo en los siglos XV y XVI, pero también en las posteriores.
En la mesa. las producciones turolenses debían competir con vajillas más refinadas, como las talaveranas y valencianas, primero, y las alcoreñas, después; en cambio, en la cocina de las grandes casas, donde, pese a tratarse de un espacio poco representativo, también era apreciada una nota de calidad, las piezas de Teruel quedaban muy por encima de las de otros alfares populares.

Jarras

Otros usos de la cerámica de Teruel, "incluyen piezas arquitectónicas (azulejos de diversas épocas; plaquetas con imágenes devocionales (un pequeño retablo y un paso de la Pasión); pilas benditeras; botes de farmacia; y objetos domésticos como bacías y sangradoras, pisteros o bacines de gran porte. Esta selección no es más que una pequeña muestra de la gran variedad de funciones que llegaron a tener los productos de alfarería de Teruel, a semejanza de lo que sucede en otros centros regionales coetáneos.

Bacía

Los textos en cursiva y todas la piezas de esta entrada se corresponden con las cartelas y piezas expuestas en el Museo Nacional de Artes Decorativas, en calle Montalbán, 12 de Madrid.

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