domingo, 31 de enero de 2021

Matías Costa


Extraños es una de las secciones de la exposición del fotógrafo Matías Costa en la Sala Isabel II de la Comunidad de Madrid. He entresacado esta sección de la muestra por mi interés y el excelente trabajo del autor sobre el drama humano de las migraciones. De la muestra, junto a 11 fotografías, sólo añadiré el texto de la catela informativa.

EXTRAÑOS                                                                                                            1999-2005

Los movimientos migratorios norte-sur, con el litoral europeo como puerto de arribada, son los que activan Extraños, un proyecto de envergadura que creció en paralelo a las diversas crisis migratorias en el Mediterráneo y el Atlántico, así como la dudosa gestión por parte de las instituciones europeas del que se convertirá en el gran cementerio de seres humanos provenientes de países meridionales. Las puertas de Europa se convierten en la mirada de Costa en el trágico umbral de un rito de tránsito ante el que se generan tanto las imágenes de lo inmediato, de la muerte literal  y el sufrimiento corporal en su terrible carnalidad como escenas de una extraña poética fuera del tiempo: la de toda comunidad escindida por la experiencia de la inmigración forzada en cualquier momento de la historia. En ese sentido, Extraños ha sobrevivido como uno de los trabajos más sólidos sobre las migraciones al trascender (sin ocultar su motivo real y su carácter de denuncia cruda y sin ambages) su contexto de origen y erigirse al tiempo como documento, como monumento y como autobiografía. (Cartela informativa)

Solo. Matías Costa, en Sala Isabel II, calle Santa Engracia 125 de Madrid (entrada gratuita) hasta el 31 de enero de 2021.












viernes, 22 de enero de 2021

Juan Muñoz

Juan Muñoz (Madrid, 1953 - Santa Eulalia des Rius, 2001). Según la ficha del Museo Reina Sofía, Juan Muñoz forma parte del primer grupo de artistas que reintroduce la figuración en la escultura. Quizás habría que explicar algo más que no suelen explicar las cartelas porque, aparte de sus fechas vitales, no he encontrado ninguna que haga referencia a su obra. De ésta destaca la teatralidad que forma el conjunto de sus personajes, el nexo entre ellos y el diálogo que éstos establecen con el espectador. He ido recogiendo algunas obras de Muñoz a lo largo de los últimos años e imagino que no será difícil encontrar alguna más en un futuro, son las que os dejo ahora.

MUSEO ARTE CONTEMPORÁNEO DE MADRID

Acostumbrado a la escultura de Juan Muñoz es fácil que pase desapercibida alguna obra que no sea escultura como este grabado que se puede ver en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.

Mobiliario XII (1996) Grabado a la madera negra y punta seca sobre
papel pegado a lienzo


SALA ALCALÁ 31 DE MADRID

Todo lo que veo me sobrevivirá, es el título de la exposición que conmemora el setenta aniversario del nacimiento del Juan Muñoz. La cita que da título a la muestra, según  el pequeño programa que se entrega en la sala, es de la poetisa rusa Anna Ajmátova que el artista anotó en un post-it cuando preparaba su última exposición en 2001. La exposición tiene varias obras o grupo de obras, cada una de ellas comenta. Comenzamos con Sara, que según la cartela, "a mediados de los años noventa, Juan Muñoz introduce la tipología de un enano y posteriormente su versión femenina". En la obra Sara with Blue Dress, Sara se mira en un espejo, "observando el vestido de llamativo color azul que le da título. El vestido es sólo azul en el espejo, y sabemos que el espejo es solo una modalidad de la representación".

Sara with Blue Dress (Sara con vestido azul) 1996. Aceílico sobre resina de
poliester y espejo. Colección Juan Várez, Madrid.

Sobre la figura de Juan, nos explica la cartela "la figura del enano es una otredad emocional. Juan Muñoz explicó varias veces la anécdota del encuentro con un enano en un semáforo, mientras esperaba para cruzar, y la irreprimible sensación de sentirse culpable...". La representación de la obra, Umbral (1991), la cartela nos aclara que "el concepto de umbral está muy presente tanto en la práctica artística como en los escritos de Juan Muñoz". El propio artista lo define como "ese espacio intersticial que se genera en esos lugares que no están del todo cerrados, que actúan como espacios de tránsito".

Schwelle (Umbral) 1991. Bronces y terracota (colección particuklar)

Interesante, por su monumentalidad, es Plaza (1996), "una congregación de 27 personaje asiáticos que socializan a través de la risa contagiosa y compartida, cuyo origen escapa a todo espectador. Esta instalación coral fue concebida para el Palacio de Velázquez en la exposición que el Museo Reina Sofía le dedicó a Juan Muñoz en 1996 y regresa ahora a Madrid por primera vez desde entonces". Atendiendo a la cartela de la sala se compone de veintisiete figuras de resina y pigmento, Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, Düsseldorf (Alemania).





MUSEO REINA SOFÍA DE MADRID

De la remodelación de espacios del Reina Sofía tras la pandemia. A mucha gente no le ha gustado la nueva disposición de algunas obras por lo que puedo leer. Estamos a mediados de diciembre de 2021. En el espacio, planta baja, hay obras entre otros de Chillida, Saura y Juan Muñoz. Las obras de Muñoz, de escaso volumen parecen dispersarse entre la penumbra por lo que me es difícil fotografiarlas, razón por la que sólo traigo dos de ella.

Baranda de Alcamé (1984) Madera, acero soldado, papel maché y pintura

Baranda de Alcamé (sección)

El boxeador (1985) Hierro pintura y escayola pintada (sección)

GALERÍA ELVIRA GONZÁLEZ DE MADRID


Se acababa el verano. Un viaje fugaz a la capital. Tenía el encargo de comprar ácido oxálico, un producto que limpia la piedra -el granito-, y también el óxido. Erré en el trayecto para llegar a la tienda, sabía que estaba frente a la Galería Elvira González y anduve desde la glorieta de San Bernardo hasta la de Alonso Martínez, el sol ya comenzaba a irradiar calor que el asfalto se encaraba de extender en el ambiente. Había olvidado que entre medias estaba la glorieta de Bilbao. Cuando llegué frente a la tienda el sudor asomaba. Dudé en entrar primero en la galería o en la tienda de químicos. Hice esto último, buscando refrescarme, aunque lo primero de todo era saber qué se exponía en la galería: Juan Muñoz. Pasados unos minutos, el sudor evaporado y el ácido en una bolsa en la mano derecha, entre en la galería.


La sala estaba desierta y apenas pude percibir que tras el pasillo que hay a la derecha se oía como un murmullo de gente -para mí lejano y prácticamente inaudible-; quizá fuese en ese momento cuando percibí lo que se suele llamar el diálogo entre el espectador y la obra; en realidad no dialogan, una obra no dialoga, si es buena transmite emociones, hace pensar, trae recuerdos, pero no habla, y allí estaba junto a dos personajes de Muñoz, cada uno de ellos frente a un espejo, uno riéndose de sí mismo, -daba esa impresión-, ataviado con un pequeño antifaz, las manos cruzadas delante del cuerpo y sin pies, aunque estaba de pie, vestido con gabardina amplia, me recordaba aquellos señores de los años 1960, grises años 60 del siglo pasado, tan graves y tan perseguidos, los señores, que vestían muchos igual para parecer diferentes, tipo británico, como el ministro aquel que se fue destinado a Londres y que desde la más elegante represión nos daba clases de modernidad: ironía. Ríase usted de usted mismo. El otro, el otro también gris pero más humano, miraba el espejo como quien busca algo detrás de una ventana que accidentalmente se ha quedado abierta, intentando no ser indiscreto, -pasaba por allí y miré por si había alguien detrás y algo que ver- sin saber ni creer qué iba a encontrar tras el marco de la ventana -los vanos de una casa son los que le dan vida: las puertas y las ventanas, los espacios vacíos por los que vuela la imaginación, la loca de la casa-. Los abrazos hacia atrás, las manos recogidas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante; tampoco tenía pies por lo que es fácil deducir que estaban allí para siempre, esperando que alguien, si es que esperaban en su quietud, los llevara de un lado hacia otros, trasladándolos como los pensamientos, junto a los espejos que cada uno -son míos- tenía a bien explorar, mirar, mirarse, conocerse. Y llegó un estruendo, hubo un estruendo, el sonido de un teléfono rasgó la quietud, el silencio, la contemplación y todo se alteró, la mirada de los personajes, los ojos cambiaron, giraron y buscaron el origen de aquel sonido. Tras la pared que delimita el pasillo de la derecha, dejó de oírse el murmullo de gente. Unos segundos después apareció un hombre, joven y arremangado. Me dijo que estaban grabando para una televisión. Apagué el teléfono, no obstante, pensé, aprovecho para fotografiar los dos personajes y nada más traspasar el joven el vano que lo llevó de nuevo a su lugar donde estaba su tarea, el teléfono se escapó de entre los dedos que comenzaban de nuevo a sudar y cayó plano sobre la madera del suelo. Mientras recogía el teléfono -la bolsa del ácido se balanceaba en la mano izquierda- vi asomar la cabeza del joven que me vio hacer dos fotografías antes de salir de la sala y encontrarme de nuevo en el ambiente caldeado de una mañana de verano, en una calle sin apenas tráfico, casi sin peatones, frente a la tienda de ácidos, como recién salido de la caverna de Platón.


MUSEO REINA SOFÍA DE MADRID

 I Saw It in Bologna (Lo vi en Bolonia) 1991. Bronce y acero


GALERÍA ELVIRA GONZÁLEZ EN ARCO 2016





CAC DE MÁLAGA

Siete figuras en el balcón (1987) Hierro y figuras de terracota

miércoles, 20 de enero de 2021

Maruja Mallo

MUSEO REINA SOFÍA DE MADRID

Antro de fósiles (1930) Óleo sobre lienzo (135x194 cm)

Obra inquietante que es difícil imaginar qué pudo inspirarla. En la sala contigua al Guernica de Picasso puede hacer creer al visitante que la obra tiene vinculación con la Guerra Civil. Inquietante y sin casi color, como el Guernica, aunque anterior. Acudiendo a la web de museo, la obra pertenece a la serie Cloacas y campanarios, como Tierra y excrementos (1932) lejana a su etapa anterior en la que predomina el color vivo de la Verbena, obra que nos introduce en un "surrealismo telúrico". Existe una fotografía en la que aparece junto a Margarita Manso posando tras este cuadro, a quien se le tribuye la coautoría de la obra.


MUSEO THYSSEN BORNEMISZA DE MADRID

De la exposición temporal Maestras en el Museo Thyssen de Madrid he encontrado estas dos obras de Maruja Mallo y aunque con deficiente iluminación para hacer fotografías. Se encontraba al final de la muestra, casi de las últimas obras expuestas, una magnífica La verbena del Centre Pompidou que acompaña a su homónima del Reina Sofía, como si se tratase de un díptico, la misma composición, el mismo colorido, el mismo vigor en la obra, la misma temática que rompe con la tónica dominante en los temas de la mayoría de las pintoras expuestas: la maternidad, los trabajos de la mujer en el hogar, en el campo.

La verbena (1928) Óleo sobre lienzo. Centre Ponpidou. París.
Musée national d'art moderne. Centre de création industrielle

La otra obra, Mujer con cabra, óleo de 1927 tiene un aire costumbrista, el personaje la mujer una cabra, una cabrera joven que es contemplada desde una ventana, muy flamenco recuerda por momentos a Bruegel, muy dinámica, de un encaje y composición perfectos

La mujer con la cabra (1927) Óleo sobre lienzo. Colección Fundación Barrié



CENTRO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA DE MADRID

Maruja Mallo (Ana María Gómez González), Viveiro (Lugo) 05 enero 1902 - Madrid 06 febrero 1995). Pertenece a la Generación del 27 fue amiga de García LorcaDalí con quien coincidió como alumna en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y Alberti con quien tuvo un romance como con los poetas Miguel Hernández y Neruda. Al parecer Buñuel no la soportaba, ambos tenían un fuerte carácter, y el espíritu de libertad de Mallo sobre el amor libre e igualdad de sexos chocaban con los del cineasta. Formó parte del movimiento de las "Sin sombrero" que consistía en pasear sin esta prenda, algo que escandalizó a la sociedad madrileña de la época, un acto metafórico que venía a representar la liberación de las ideas, que protagonizó junto a García Lorca, Dalí y Margarita Manso paseando por la Puerta del Sol de Madrid. Su obra se enmarca en el movimiento surrealista. Al estallar la Guerra Civil Española del 1936 se traslada Portugal donde es acogida por Gabriela Mistral, a partir de entonces residirá en Argentina, Chile, UruguayParísNueva York. En 1962 vuelve a España.

Maruja Mallo. La Verbena (1927) Óleo sobre lienzo (119 x 165 cm )

 La verbena es uno de los cuadros que Maruja Mallo expuso en la sede de la Revista Occidente, organizada por Ortega y Gasset, que forma parte de la serie dedicada a las fiestas madrileñas. (Sala 203) Llama poderosamente la atención por su colorido en la sala donde se expone en el Reina Sofía. En este museo existe otra obra de Mallo titulada Tierra y excrementos (1932) en la sala 210 que no está permitido fotografiar, muy próxima al Guernica de Picasso.

Figuras (1937) Óleo sobre lienzo

Aunque no tiene el colorido que la obra anterior, en Figuras (1937), en la que aparecen dos personajes, un hombre y una mujer pescadores, su posición de las piernas recuerda el perfil egipcio resaltando los rasgos de la cara, boca y ojos. Si algo me gusta de esta composición es la tonalidad gris que emplea Mallo y el simbolismo: las redes como capas hacen de fondo que envuelven las figuras y sobre el que se resaltan, una estrella y un pez, formando una escena de aparente simetría. La obra se expone en la planta 4º del Reina Sofía dentro de la exposición El pensamiento perdido: La autarquía y el exilio (2021)


REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO DE MADRID

Vicente Moreno (Madrid, 1894-1954).  Retrato de Maruja Mallo (1936)
Cortesía del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Ministerio de Cultura y Deporte

Retrato de Maruja Mallo, Vicente Moreno, R.A. Bellas Artes San Fernando de Madrid. Esta fotografía tiene los inevitables reflejos del cristal de enmarque que he preferido mantenerlos por ser la visión más cercana que se podía tener de la obra en la exposición.

viernes, 15 de enero de 2021

Prometeo

Prometeo es el benefactor de los hombres por excelencia, según la tradición él creó al hombre con arcilla, le enseñó a hacer sacrificios a los dioses y quedarse con lo mejor de la pieza sacrificada; les consiguió el fuego tras robarlo a los dioses por lo que fue encadenado y castigado a que un águila le devorase cada día el hígado que le volvía a crecer por la noche. Heracles (Hércules) lo liberó tras matar al águila, y el centauro Quirón le cedió su inmortalidad. Estas son algunas de las imágenes que representan momentos de la vida de Prometeo y textos que los relatan. 

PROMETEO CON EL ÁGUILA Y EL FUEGO ROBADO A LOS DIOSES

Prometeo lleva el fuego en la mano con el águila entre sus piernas
Mármol (segunda mitad del siglo XIX) Museo San Isidro de Madrid

Según la cartela informativa, la escultura representa "llevando en sus manos el fuego que va a entregar a los hombres, Prometeo, y a sus pies Etón, el águila que le devoraba el hígado como castigo por haberlo hecho (robar el fuego a los dioses)". Esta estatua, a tamaño natural, se encuentra en el Museo de San Isidro de Madrid, y forma parte de un grupo de cuatro personajes mitológicos junto a Frixo, Hércules y Jano. Las cuatro estatuas fueron compradas por el Ayuntamiento de Madrid  en 1971 para decorar el vestíbulo del Centro Cultural de la Villa, el actual Teatro Fernando Fernán Gómez, adquisición que cuenta con una interesante historia: "En el momento de su adquisición figuraban como procedentes del palacio de los Montpensier en Granada, no hay constancia de ninguna residencia perteneciente a esta familia nobiliaria en la ciudad del Generalife, y el repaso del catálogo de los cuadros y esculturas de la galería artística que los Duques poseían en sus palacios sevillanos tampoco ha permitido confirmar esta afirmación".

PROMETEO ROBA EL FUEGO RUBENS

Prometeo.(1636-1637). Pedro Pablo Rubens
Óleo sobre tabla  25,7 x 16,6 cm. Museo del Prado

En la imagen aparece Prometeo robando el fuego a los dioses. Es uno de los bocetos que hizo Rubens por encargo del rey Felipe IV para decorar la Torre de la Parada, un pabellón de caza en las afueras de Madrid. Los cuadros se realizaron entre 1636 y 1638. Tras varias vicisitudes el boceto fue donado por  María Dionisia Vives y Zires, duquesa de Pastrana, en 1889.

PROMETEO CREA EL PRIMER HOMBRE

Y es entonces cuando aparece un ser más perfecto, dotado de alma, que domina a los demás. Su propia semilla divina puso el Creador de la naturaleza en aquel ser. Prometeo, con lodo, logra para él un semblante parecido al de los bellos dioses y que se diferencie de los animales buceadores del barro, en pretender escalar el alto cielo. Así apareció en el suelo incongruente el misterio y el interés de la humana forma. (Ovidio. Las Metamorfosis)

Prometeo y Atenea (Minerva) crean el primer hombre. Anónimo romano 180-190 d C.
Mármol blanco. Museo del Prado en Museo Nacional de Escultura de Valladolid

Boccaccio, citando a Claudiano, describe de forma municiona la creación del hombre y qué se ve obligado a introducir Prometeo mezclando las cosas terrestres con las celestes en la modelación del hombre. Al respecto cita primero a Horacio para continuar con Claudiano:

Nos cuentan que, obligado Prometeo
a acumular de cada ser porciones
al barro primevo, en los pechos
puso la saña del león demente

Según la nota a estos versos de Horacio, Prometeo cuando hizo al hombre con barro le fue añadiendo partículas de cada ser, en este caso hace referencia al tema de la cólera desbordada. (Horacio, Odas y Epodos). Detalla Claudiano los añadidos a esta parte del cuerpo, bajo la cabeza La zona del corazón que sangra bajo el pecho guardó la cólera, impregnada de llamas, ávida de hacer daño y peligrosa para sí misma. Inflamada de rabia se hincha y se contrae asustada de miedo. (Boccaccio citando a Claudiano. Genealogía...).

Prometeo creando al hombre. Alegoría de la escultura
Esteban de Ágreda. Madrid, 1803-1808. Bizcocho de porcelana moldeado
Museo Nacional de Artes Decorativas. Madrid



PROMETEO ROBA EL FUEGO A LOS DIOSES Y ES ENCADENADO

Dicen que, después de haber modelado Prometeo con barro un hombre inanimado, Minerva admiró la excelente obra y le prometió cualquiera de los bienes celestiales que quisiera para perfeccionar su obra. Al haber respondido éste que no sabía, si no los veía, qué cosas de los dioses podrían serle de utilidad, fue llevado por ella al cielo; allí, puesto que veía que todas las cosas celestes estaban animadas por las llamas, con la intención de introducir la llama también en su obra, ocultamente acercó una rama a las ruedas de Febo y, una vez encendida ésta, robando el fuego lo condujo hasta las tierras y lo arrimó al delicado pecho del hombre modelado y así lo dotó de vida y lo llamó Pandora. Irritados los dioses por este motivo, hicieron, a través de Mercurio, que él fuera encadenado al Cáucaso y entregaron a un buitre o a un águila su hígado o corazón para que fuera desgarrado eternamente. (Boccaccio citando a Servio y Fulgencio. Genealogía...)

Prometeo. Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro
Museo de Historia de Madrid


 PROMETEO DE KAFKA

Entre los libros olvidados en el desván encontré una edición de La Metamorfosis de Kafka, es la más antigua que conservo y la peor editada. Tiene erratas en casi todas las páginas, pero también su encanto. Como casi todas las ediciones del breve relato de la metamorfosis de Gregor Samsa, los editores suelen rellenar sus ediciones con otros relatos también breves, a veces son meros apuntes que los convierten en relatos, en fin, son percepciones personales. Uno de estos relatos es la leyenda de Prometeo que sólo he leído en esta edición, argentina, de 1976 que no recuerdo ni dónde ni cuándo la compré. Recuerdo haber escrito siendo muy joven, una versión del mito, también olvidada, ni sé si la conservo. Es lo que suele ocurrir con las historias que todos conocemos, acaban olvidándose o deteriorándose en el recuerdo. El relato de Kafka dice así:

PROMETEO

     Hay cuatro leyendas referidas a Prometeo. Según la primera,  fue encadenado al Cáucaso por haber revelado a los hombres los secretos divinos,  y los dioses mandaron águilas a devorar su hígado, que se renovaba perpetuamente.
     Según la segunda, Prometeo, aguijoneado por el dolor de los picos desgarradores, se fue hundiendo en la roca hasta hacerse uno con ella.
     Según la tercera, la traición fue olvidada en el curso de los siglos. Los dioses la olvidaron, las águilas la olvidaron, él mismo la olvidó.
     Según la cuarta, se cansaron de esa historia insensata. Se cansaron los dioses, se cansaron las águilas, la herida se cerró de cansancio.
     Quedó el inexplicable peñasco.
     La leyenda quiere explicar lo que no tiene explicación.
     Como nacida de una verdad, tiene que volver a lo inexplicable.

Prometeo de la Colección de Azufres de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Estas piezas "representaban varios sacrificios y a los Personajes ilustres y a otros muchos
 monumentos de los momentos felices de las Artes". Los temas en su mayoría son de la
 Antigüedad clásica, con asuntos mitológicos, efigies de emperadores, filósofos, etc.

Genealogía de los dioses paganos, Boccaccio, Giovanni, Editora Nacional, 1983
La metamorfosis, Kafka, Franz, Buenos Aires, 1976
Las MetamorfosisOvidio Nason, Publio, Espasa Calpe, col. Austral, 1977
Odas y Epodos, Horacio, Cátedra, col. Letras Universales, 1990

viernes, 8 de enero de 2021

Josep Llorens Artigas

GALERÍA ELVIRA GONZÁLEZ DE MADRID


Con el título Llorens Artigas. Cerámicas, se presenta una interesante exposición en la Galería Elvira González de Madrid. una muestra de las que no suelen ser habituales: objetos de cerámica; un tránsito, puede uno pensar, entre la artesanía y el arte. La nota de prensa de la galería destaca que estamos ante uno de los principales renovadores del arte cerámico occidental "impulsado por el espíritu noucentista de Barcelona, por el resurgimiento de la cerámica en Francia y por su exhaustivo estudio de la cerámica de la dinastía china Song". Llorens Artigas (1892-1980) se traslada a vivir a Francia en 1923 donde  alcanza un dominio perfecto de la disciplina y su propio estilo.


Pronto se rodea y trabaja con artistas y ceramistas, coincidirá con Gargallo y Miró en su primera etapa (1922) en la Escuela Superior de Bellas Artes; entre 1923 y 1941, vive en París donde trabajará con Picasso y Dufy; en 1941 regresa a Barcelona, y a partir de 1944 empieza su larguísima colaboración con Joan Miró, a quien unirá una intensa amistad y con quien realiza varios murales de cerámica.


Las obras expuestas son de pequeño tamaño, poco más de 30 cm. las más altas, de una delicadeza exquisita que hacen prácticamente imprescindible la visita a la galería si se pretende apreciar en su justa dimensión la belleza, armonía y equilibrio de estas obras a las que el ceramista dota de forma, textura y color a cada una de ellas "mi trabajo inventivo y personal está en los esmaltes y los colores: aquí si que busco lo nuevo" -asegura Llorens- producto de la técnica con la que ejecuta e imprime en los acabados de cada una de las piezas.



Llorens Artigas. Cerámicas, en Galería Elvira González, en calle Hermanos Álvarez Quintero, 1 de Madrid durante los meses de enero-marzo de 2021


UN BOCETO

Hace unos días un amigo, Jose, escultor con quien alguna tarde tomamos café -es el momento en el que las musas descansan- en una cafetería del barrio, comentábamos sobre la obra de Llorens Artigas. Me dijo que tenía un boceto de Artigas que le habían regalado. El boceto tiene una dedicatoria. "a Fernando Cueto", está firmado: ARTIGAS, con mayúsculas; no tiene fecha. Creo que vale la pena publicarlo:


He intentado eliminar algunos reflejos del cristal de la enmarcación sin retocar ninguno de los trazos originales del dibujo.

sábado, 2 de enero de 2021

Alberto Schommer

BELLAS ARTES DE BILBAO

Autorretrato inspirado. 1957 donación del artista en 2013 

Magnifico autorretrato de Schommer, ¡lástima de los reflejos! Creí haber visto esta fotografía anteriormente, pero no me resistí a fotografiarla. Luego, no la llegué a encontrar ninguna otra, quizá la hice pero, como muchas veces, las borro por la cantidad de reflejos.


MUSEO CERRALBO DE MADRID

Alberto Schommer. Contemporáneos. Con este título comienza una exposición que vas más allá de la obra de uno de los fotógrafos referentes en el panorama artístico español. Al entrar en la sala del Museo Cerralbo la primera sensación que se tiene es la de inabarcable, en el tiempo y en la forma; inabarcable por la cantidad de personajes que desfilan ante el espectador, los últimos grandes nombre de la cultura: pintura, escultura, novela, teatro, danza, música, cine o arquitectura de los últimos cincuenta años del siglos pasado y lo que llevamos del presente; una cosmología de nombres propios, muchos de ellos parecen haber caído ya en el olvido, otros aún presentes como esperando resistir el embate del tiempo. En la sala se percibe que debía haber sido un privilegio y una experiencia haber convivido, aunque sólo fuese durante las sesiones de fotografía, con los retratados, empezando por Miguel Delibes, Eduardo Chillida, Miró, Saez de Oiza, Berceló, Cela, Antonio López, Lola Flores, Nacho Duato, ... Una muestra que, al margen del intrínseco valor artístico de la obra del propio Schommer, de la pesadumbre de haber estado encerradas durante tanto tiempo por la nueva peste que nos asola, y del escaso tiempo que aún nos queda para degustarla, es una oportunidad que se nos brinda para sopesar, ponderar y valorar el gran patrimonio que representan todos estos personajes para nuestra cultura.

La exposición está comisariada, con una excelente labor, por Ana Berruguete, y se inserta en el certamen PHotoEspaña2020, está compuesta por retratos de las series Retratos Psicológicos 1969-1973, Actitudes 1988-1989 o Máscaras de la década los años 80. Tan solo una salvedad, la mujer, tan escasamente representada en nuestra cultura, se representa aquí diríamos que en la misma proporción que en la vida real, tan solo una decena de retratos, la mayoría, como diría Pardo Bazán, en el mundo donde se les ha dejado destacar, representantes de la escena. No obstante, la muestra es ineludible, tanto por la obra de Alberto Schommer como por la época que representa. A continuación os dejo una muestra de las fotografías de la exposición, deformadas para evitar en lo posible los reflejos de la sala. Al pie de cada uno de los retratos he transcrito el texto de la cartela.
José Hierro
Pepe Hierro (n, 1922 - m. 2002) Poeta y crítico de arte, considerado como una de las voces más representativas de la poesía social de posguerra.

Juana Mordó
Juana Mordó (n. 1899 - m. 1984) Marchante de arte, galerista, coleccionista y gran dinamizadora de la vida cultural de la segunda mitad del siglo XX en España. Serie Máscaras

Miguel Delibes
Miguel Delibes (1989) (n. 1920 - m. 2010) Escritor, considerado como uno de los grandes escritores españoles del siglo XX. Premio Nacional de Literatura (1955), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982), Premio Nacional de las Letras Españolas (1991), Premio Nacional de Narrativa (1998). Serie Actitudes 1988-1989.

Pablo Serrano
Pablo Serrano (n. 1908 - m. 1985). Escultor. Fundador del grupo "El Paso" con Antonio Saura o Rafael Canogar, entre otros. Premio Nacional Príncipe de Asturias de las Artes (1982). Serie Máscaras

Benjamín Palencia
Benjamín Palencia (1974) (n. 1894 - m. 1980). Pintor, fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez. Serie Retratos Psicológicos (1969-1973).

Antoni Tàpies
Antoni Tàpies (1973) (n. 1923 - m. 2012) Pintor, escultor y teórico del arte, gran exponente del informalismo. Premio Nacional de Pintura de Francia (1985) y Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990). Serie Retratos Psicológicos (1969-1973)

César Manrique
César Manrique (1989) (n. 1919 - m. 1992) Pintor, escultor y arquitecto. Compaginó su obra con la defensa de los valores medioambientales. Serie Actitudes (1988-1989)

Alberto Schommer. Contemporáneos, en Museo Cerralbo, en calle Ventura Rodríguez, 17 de Madrid, hasta el 10 de enero de 2021