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Luna y caracoles (1975). Tapiz de alto lizo |
No es habitual asistir a una exposición de tapices modernos, algunas podemos ver de los clásicos, desde
Goya a la que se expone en el
Palacio Real de Madrid -tapices basados en cartones de
Rafael-; por eso es tan interesante ésta de
Luis Garrido que podemos ver en el
Museo Nacional de Artes Decorativas de
Madrid con el título genérico:
Luis Garrido. Tapices, y en la que podemos descubrir a uno de nuestros artistas más interesantes.
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Paisaje (1969) Tapiz de alto lizo |
La reseña que podemos leer en las cartelas de la exposición sobre la persona y obra de Luis Garrido (Madrid, 1925), son breves, aunque en ellas podemos introducirnos en su personalidad a través de una de sus primeras obras: El grito (1958) que en originalmente se tituló "El prisionero político, obra de juventud, en la que resuenan ecos del Guernica". Éste es uno de los primeros tapices que elabora recién instalado en su taller de tapicista, como él mismo definía su trabajo: "Pintor, y sobre todo dibujante, de formación, había regresado recientemente de una estancia de dos años en París (1956-1957), donde huyó para zafarse del clima opresivo de la dictadura y estudiar grabado en la École des Beaux Arts. Encontró, además, "ese París que cuenta Cortázar en Rayuela", y se las ingenió para obtener un permiso extraordinario del Ministerio de Cultura para aprender tapicería en la Manufactura de los Gobelinos, comprometida con un programa de aproximación al arte contemporáneo".
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Homenaje a Miguel Hernández (1961) Tapiz de alto lizo |
La cartela de este tapiz, que se expone junto al boceto, destaca la pasión de
Garrido por la obra de
Miguel Hernández, "
en un momento en que la poesía blindaba un espacio de libertad expresiva menos presionado por la censura que la novela o el cine , Garrido reproduce en el tapiz un terceto de un soneto de Miguel Hernández. La inclusión de textos en la artes visuales fue un recurso habitual entre los que cultivaban el realismo social, para acentuar la claridad de los mensajes". El simbolismo de esta obra se concentra en la violencia de la escena en la que un toro -el pueblo español- es atacado en un campo de cardos por un águila -representación de la dictadura-. El texto que reproduce el tapiz pertenece al soneto
Como el toro he nacido para el luto, del
El rayo que no cesa (1934-1935).
Continuando con la reseña personal del artista, la cartela destaca que Garrido llevaba años buscando un lenguaje propio. Lo construyó sumando referencias a la estética de las vanguardias históricas expresionistas, abortada tras la Guerra Civil y apreciable sobre todo en Homenaje a Miguel Hernández (1961) y en El Urogallo -del que esta exposición muestra un boceto-, y el realismo social y expresionista imperantes a fines de los años cincuenta e inicios de los sesenta. Sus tapices de entonces tienen un contenido crítico de intención política y ética, que comparte con otros componentes del grupo Estampa Popular, del que fue cofundador.
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Nubes blancas (1989) Tapiz de alto lizo |
Durante este período trasladó al tapiz la investigación plástica que había desarrollado como pintor. Partiendo de bocetos previos, en los que plasmaba ideas gráficas, buscó formas y matices complejos a partir de combinaciones de hilos de una gama deliberadamente muy limitada de colores. Se sirvió del proceso técnico del tapiz para transformar las formas y las imágenes, y para madurar el lenguaje sintético, geometrizante y colorista que caracterizaría su obra en los sucesivo.
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El Urogallo (1960) Boceto para tapiz. Acuarela sobre papel
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La cartela de la acuarela
El urogallo es sumamente interesante: "
Hice el tapiz porque había leído cómo se cazaba el urogallo y me pareció una canallada: matar un animal cuando está en celo, aprovechando que se queda sordo con cada grito". "Pero el urogallo canta", añade, subrayando el valor de la protesta y de la crítica a pesar de los sacrificios que implica". A continuación se detalla la profunda connotación social que provocó esta obra: "
Garrido regaló un ejemplar del grabado que realizó a partir del boceto y del tapiz a los asistentes a un homenaje que le dedicaron los intelectuales de la izquierda madrileña, a raíz del éxito de una exposición individual en la galería Biosca (1960). Fue una de las obras repetidamente secuestradas en los domicilios de los que fueron detenidos por el régimen durante estos años. El texto del tapiz fue adoptado posteriormente como lema para la revista Urogallo, también de corte progresista, publicada a partir de 1969".
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Mediodía (1991) Tapiz de alto lizo |
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Campo de amapolas (1961) Acuarela sobre papel |
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Verano (1990) Tapiz de alto lizo. De la serie Las estaciones
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Luis Garrido. Tapices, en el
Museo Nacional de Artes Decorativas, en la calle Montalbán, 12 de
Madrid, hasta el 24 de enero de 2021.
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