sábado, 27 de marzo de 2021

Lluís Casals


Después de haber pasado muchas horas en el Museo Sorolla de Madrid, tomar muchas fotografías del edificio, del jardín,-de los tres jardines-, de las esculturas y los cuadros, luego las reviso y la veo con todo detalle, aunque sé que nunca veré un cuadro con tanto detalle como frente al propio cuadro. Pero hay otras miradas que nos enseñan a ver espacios que creíamos sabidos; son miradas maestras que nos revelan rincones secundarios que los transforman en pequeñas ensoñaciones que van cobrando vida en el primer plano. Es, en parte, la magia de la fotografía al servicio del fotógrafo que, como mago, emulsiona la escena, en imagen sencilla y tan discreta como ignorada, para transformarla en un pequeño poema.

Detalle de la librería del estudio-taller de Sorolla

La exposición de Lluís Casals es la invitación a un sugerente paseo por el Sorolla desde el mismo museo, como si fuese un juego en el que el espectador juega a buscar los rincones fotografiados, otros visitantes los adivinan rápidamente por sabidos, pero a ninguno les será indiferente la otra mirada que Casals nos brinda del museo: la casa, la luz, los personajes, el jardín, donde "trata de captar la esencia intangible de la casa"; un lugar, la casa de Sorolla, convertido en "un templo laico dedicado al arte, a la belleza, a los sentidos", e inagotable.

Victoria de Samotracia y Paseo a orillas del mar (detalle)

Sin embardo, nunca he sabido por qué debe haber un sin embargo, el colofón de presentación nos recuerda que durante el proceso y producción del montaje de la exposición falleció de Lluís Casals, por lo que esta exposición póstuma es "una muestra elocuente de su sensibilidad y su talento creador".

Taza y amorcillos de la fuente del segundo jardín (detalle)

La exposición está comisariada por Enrique Valera Agüi y Lluis Casals y coordinada por Piluca Herrera Arbona.

Poéticas de una casa, de Lluís Casals en Museo Sorolla, calle General Martínez Campos, 37 de Madrid, hasta el 20 de junio de 2021.

Fuente de las confidencia (detalle), F. Marco Días Pintado

Detalle del pórtico de entrada a la casa Sorolla

Retrato de Joaquín Sorolla de Paul Toubetzkoy


viernes, 26 de marzo de 2021

Benjamín Palencia

REINA SOFIA DE MADRID

Al contrario de lo que ocurre en muchos museos, las obras del Reina Sofía suele tener unas cartelas muy escuetas dejando a la imaginación del visitante la interpretación de las obras, lo que le hace buscar información de la obra y la trayectoria del artista en otras fuentes, lo que no deja de ser interesante y en ocasiones necesario, aunque el visitante muchas veces ve necesaria más información en ese preciso momento, cuando está frente al cuadro.

Benjamín Palencia. Toledo (1943) Óleo sobre lienzo

Magnífica obra que recuerda, cómo no, a la vista de Toledo que pintó El Greco y también otra vista de la ciudad, que recientemente pude ver en una exposición de Ignacio Zuloaga, ésta pintada en 1911-1920. De todas formas es muy complicado intentar comparar las obras, aunque el tema sea el mismo, la ciudad imperial, tener en cuenta que cada una de ellas tiene perspectivas diferentes, como si cada artista hubiese intentado distanciarse de su antecesor. Sin embargo, la luminosidad y el color de Palencia, sobre todo el cielo, parece recuperar un optimismo que el de Zuloaga se torna dramático. Es curiosa esta interpretación, cuando tan solo hacía cuatro años que había terminado la Guerra Civil y el paisaje y la ciudad parecen haber olvidado los estragos de la contienda, centrándose el pintor en una minuciosa descripción que se me antoja casi idílica. 

Benjamín Palencia. Naturaleza muerta (1925) Óleo sobre lienzo

Naturaleza muerta (1925) tan solo se añade al pie que he puesto de la obra, el lugar y fecha de nacimiento y muerte del artista: Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980.


COLLAGE Y FOTOMONTAJES

Entre otras disciplinas, Benjamín Palencia, destaca collages y fotomontajes que, como comenta la página del museo Reina Sofía, "imbuidos en un 'mironiano' sentido del humor y siempre cercanos a la experimentación y a la metodología surrealista" (Paloma Esteban Leal).

Benjamín Palencia. Sin título (1934)
Fotocollage y tinta china sobre papel. Colección particular



REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO 

Benjamín Palencia. Paisaje (1959) Óleo sobre lienzo. Firmado B. Palencia 59.
Donado por el artista en su ingreso a la Academia en 1974
Como es habitual en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, las cartelas de las obras suelen ser una excelente referencia del autor y la obra, por esta razón os dejo el texto íntegro que acompaña este Paisaje, óleo firmado y fechado por Palencia en 1959:

Benjamín Palencia, Barrax (Albacete), 1894 - Madrid , 1980. Palencia llamó la atención desde su juventud, en la exposición de los Artistas Ibéricos (1925). Tras una etapa en París, sigue su impulso innovador y su interés por observar la naturaleza, con excursiones a Vallecas y otros alrededores de Madrid, en compañía del escultor Alberto Sánchez. Después de la guerra civil funda la Escuela de Vallecas, a trayendo a jóvenes artistas. El paisaje es interpretado como una superposición de planos bajo una luz intensa, utilizando toques de color puro, sin degradaciones, en la línea de estilo fauve.

lunes, 22 de marzo de 2021

Mosaicos

Reproducción de Musa del Mosaico de las Musas
Mosaicos de Zeugma (Turquía)
Entrar en el taller de Juan Antonio Mondéjar es rememorar un viaje que nos transporta a un mundo que creemos haber vivido en cualquiera de las villas romanas que hemos visitado, donde el tema central son sus monumentales mosaicos: del Pegaso de Almenara-Puras; Helena de Troya y los bacantes de Noheda; las escenas de caza y los grandes mosaicos geométricos de La Olmeda. El taller es pequeño, en el descansan en las repisas obras ya terminadas, las cajas de teselas clasificadas por colores y fotografías, muchas fotografías de mosaicos repartidos por todo el Mediterráneo, de Roma a Túnez, de España a Turquía -donde podemos ver los extraordinarios mosaicos de Zeugma, de los que Mondéjar ha reproducido una de las figuras del extraordinario Mosaico de las musas- y mientras trabaja, corta, pule y coloca las diminutas piezas, hablamos sobre esos lugares, imaginados unos, visitados otros, una charla que solo interrumpe el roce del pulido de la tesela sobre la lija o el golpe seco del martillo que la corta y moldea para el encajarla en la plantilla. 

Trabajando en la reproducción de Elena de Troya
Mosaico de la villa romana de Noheda (Cuenca)
Durante la conversación  Mondéjar cuenta cómo busca su material de trabajo, las piedras que le servirán para su obra, la visita al especialista que las corta en listones finísimo con precisión milimétrica; mientras, va colocando las pequeñas piezas sobre la plantilla con el rostro de la Elena de Troya de Noheda. Para hacer los mosaicos, según la lección del arqueólogo de Noheda, existían dos clases de artesanos, los que trabajan con plantillas, normalmente mosaicos geométricos, y aquellos que creaban las escenas in situ para el lugar donde iban a ser colocados: peces y tritones en las termas, o aquellos que representaban el deseo del dueño de la villa como el Pegaso de la casa del terrateniente que criaba caballos en Puras-Almenara.

Nudo de Salomón (16x16 cm.)

Una de las piezas del taller es el nudo de Salomón, una de las composiciones geométricas más universales. La figura tiene varios significados: místico y esotérico, unión y compromiso, tanto en sentido positivo como en sentido negativo si éste se interpreta como una ruptura. Como ejemplo os dejo la imagen de varios de estos nudos que podemos ver en un espléndido el mosaico en la villa de La Olmeda (Palencia).

Mosaico con figura central ochavada de La Olmeda (Palencia) en los
 lados hay cuatro cuadros que contiene cada uno un Nudo de Salomón


NotaJosé Antonio Mondéjar trabaja en un pequeño taller compartido, para cualquier visita que queráis hacer o estáis interesados en alguna de sus obras, estaría encantado de hacérselo saber.


Reverso de la reproducción del mosaico que representa a Elena de Troya
en la villa de Noheda (Cuenca) una vez concluido su composición (76x76 cm.)



MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLÍA DE MADRID

En la sala de mosaicos romanos del Arqueológico podemos ver el espléndido Mosaico de los trabajos de Hércules. Tiene unas dimensiones de 550 x 450 cm., y está dividido en dos zonas, en una se representan elementos geométricos, y el la otra la secuencia de los doce trabajos de Hércules, en torno a una escena central que representa al héroe y a Ónfale, reina de Lidia. En este cuadro se representa el trabajo del Toro de Creta en el que el Hércules tenía que domar un toro que estaba asolando la isla. Según el mito, Minos, rey de Creta, se había comprometido con Neptuno a sacrificar el animal que éste le enviase del fondo marino. El dios le envió un toro de belleza y hermosura nunca visto, por lo que Minos decidió no sacrificarlo y cambiarlo por otro viejo y enfermizo. Enterado Neptuno de la argucia del rey, decidió instruir al toro para que sembrara el terror en la isla por lo que Hércules es enviado para domar al impetuoso animal.

Hércules domando al toro de Creta

lunes, 15 de marzo de 2021

Joan Hernández Pijuan

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE MADRID

Espai creuat (1999) Óleo sobre tela. Colección Mariano Yera

Con el espacio reducido del Museo, hay que estar atentos a los cambios constantes de las obras expuestas. Uno de ellos es este magnífico lienzo Espai Creuat -espacio cruzado- de Hernández Pijuan de la Colección Mariano Yera. No tiene medidas en la cartela y es difícil encontrar la obra en otros catálogos; mientras averiguamos algo más nos quedamos con la suerte de habernos encontrado con la esta obra.

Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, en Conde Duque, 8 de Madrid.

GALERÍA JOAN PRATS. ARCO 2017

Recorreguts en blanc (1999) Óleo sobre tela 165 x 216 cm.

Buscando imágenes en el archivo encuentro esta fotografía de una obra de Hernández Pijuan, un óleo de grandes dimensiones que se presentó en ARCO 2017 la Galería Joan Prats de Barcelona.

GALERÍA RAFAEL PÉREZ HERNANDO

Joan Hernández Pijuan. Obras sobre papel (1987-2002)
Catálogo editado por la de la Galería Rafael Pérez Hernando

Recupero este catálogo Joan Hernández Pijuan. Obra sobre papel (1987-2002) que la Galería Rafael Pérez Hernando editó en 2003 "con motivo de la inauguración de la nueva galería de Rafael Pérez Hernando". En él, el propio Pérez Hernando hace una presentación a través de un texto cargado de belleza e imágenes que trasladan  acercan al lector y al espectador a la percepción original del artista, al campo, a la roturación de la tierra, la labor y las gavillas, enormes pacas que insertan la geometría en el paisaje. El catálogo tiene 437 páginas de la que más de 350 páginas son obras de Hernández Pijuan

Sin título (1999) Gouache sobre papel Japón 26.5x34 cm.

REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO

Celosía. Óleo sobre lienzo 1,14x1,46 cm)

En la cartela informativa de esta obra se pude leer el siguiente texto:

Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005) Este pintor y grabador, formado en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, comienza pintando obras de estilo expresionista para luego evolucionar hacia un arte abstracto, basado en el interés por el espacio y en la investigación tonal monocromática limitada a los colores blanco y negro. Fundador del grupo Sílex en 1956, Hernández Pijuan busca continuamente la conexión del arte contemporáneo con la prehistoria. Donado por el artista en su ingreso en la Academia en 2000.


EXPOSICIÓN DIEZ AÑOS - JOAN HERNÁNDEZ PIJUAN (2015)

Gran espai negre I (2002) Óleo sobre lienzo 165x215 cm.

Se puede leer en la nota de prensa de la exposición Diez años - Joan Hernández Pijuan, en la galería Rafael Pérez Hernando, una dedicatoria esclarecedora para el espectador que no sepa quién es Hernández Pijuan, o quien fue, pues ésta muestra es un homenaje por el décimo aniversario de su muerte; la dedicatoria dice: "A los tractoristas anónimos, que día a día nos ofrecen un cuadro único en permanente cambio". "Hernández Pijuan es el pintor de la sencillez, de la imperfección, de la espontaneidad", no reivindica más que el acto de sentarse a la sombra de una encina, un olivo o un roble y contemplar cómo el tractor transita lento por el barbecho, cómo la reja inmisericorde se hunde en la tierra, rotura, ordena, peina y dibuja, surco a surco, un paisaje tan cambiante como las estaciones; en esta visión tan sencilla se pueden resumir las palabras del propio Rafael Pérez Hernando para dar paso a la exposición: "Esta es una historia de amanecer y atardecer, de invierno y de verano, de luces y tal vez mojada... Nunca a mar."

Sin título (1997) Carboncillo sobre papel Japón 23,5x30.3 cm.

Los dibujos de Hernández Pijuan son la introspección del paisaje, el entorno en el que vive el pintor, cómo lo interioriza para que la obra surja de la realidad "haciendo especial mención del paisaje trabajado por el hombre". Leyendo entre líneas, en el libro editado sobre sus dibujos, surge la exclamación que, invitándonos a dejar a un lado la complejidad de las cosas, nos brinda la sencillez "nos invita a mirar... nos induce a la contemplación cuando vemos un árbol, una nube, un labrado" y susurrar las palabras que el propio artista pregona satisfecho ¡Qué fantástico es el sentido del paisaje!

El marco acota la curva del camino (2001) Óleo sobre lienzo 165x216

Rafael te lleva hasta una de las obras y hace un gesto con la mano abarcando todo el cuadro, y mueve la mano de arriba a abajo, de derecha a izquierda, como si tuviese una llana invisible, sube y baja, rasgando el enlucido anterior que cubría el lienzo "aquí él (Hernández Pijuanya intuía que había algo más...", y lo describe en su oficio: "Es la mezcla de albañil enluciendo las telas con la llana, y de tractorista que las labra todavía húmedas". Y es que a veces, creo que Rafael juega con ventaja cuando te cuenta un cuadro, no lo desmenuza ni lo explica, lo cuenta con la certeza de alguien que ha tenido el privilegio de estar junto al artista y ha visto trabajar sus manos, ha oído su voz y se ha imbuido en su interior hasta vivir y sentir lo que el propio artista ha vivido y ha sentido. Así nos describe el inicio de la jornada: "Son las 7:25 de la mañana. El tractor inicia su marcha y los rastrojos de la derecha se impregnan de luz amarilla".


A partir de aquí Rafael nos invita a introducirnos a cada cual en la obra de Hernández Pijuan, siempre desde la sencillez que propicia un trazo libre y puro hasta la más extrema síntesis que surge espontánea, y llevarnos de la mano del artista a su más íntimo propósito: "Intento siempre establecer un diálogo con el cuadro, donde el azar, lo improvisto o lo indeterminado puedan desempeñar un papel importante en el transcurso de la realización de la obra", y leer en ella como quien lee "una carta cuyo anónimo autor sería el paisaje mismo" como nos propone el profesor y crítico Julián Gallego.


Diez años - Joan Hernández Pijuan, en la Galería Rafael Pérez Hernando, en calle Orellana, 18 de Madrid, hasta el 1 de abril de 2015.

martes, 9 de marzo de 2021

Carlos Merodio

Un sueño. Óleo sobre lienzo (120x146 cm.) 

Con el título genérico tan sencillo, Merodio, podemos ver la exposición del pintor Carlos Merodio en Galería Orfila, que nos regala, además de una excelente obra, una reflexión sobre estos nuevos tiempos de pandemia. En ella el pintor nos presenta un conjunto de sensaciones que este tiempo convulso ha provocado en su obra, la disrupción de emociones que ha traído el confinamiento, en lo personal y en lo artístico. A simple vista se distinguen tres etapas creativas en la exposición gracias al excelente montaje que permite al observador disfrutar de las obras sin necesidad de interrumpir el discurso visual. Primero dos obras de gran formato: Mirando el amanecer y Un sueño, que encabeza esta entrada. En ellas, me cuenta el artista, estaba trabajando cuando proyectó la exposición. De ese momento deben ser unos bocetos que llaman la atención por su ejecución; y en una tercera etapa, el confinamiento, la época de incertidumbre, cuando el tiempo van lastrando la concepción de la obra, su ejecución: se reduce el tamaño, el color y la forma, el cuadro se hace más esquemático, sin abandonar nunca la línea, ni la expresión, tan solo el cambio de emociones que el artista plasma en la obra.

Mirando el amanecer. Óleo sobre lienzo (150x150 cm.)

En la sala, paseando con Merodio, comentábamos estos aspectos y su impacto en los cuadros, sin intentar profundizar en cada obra, como dos espectadores que comentan el color, los planos y el espacio que nos han llamado la atención de este o aquel cuadro. El resto, me dice, la evolución del proyecto está explicado en el texto, en el tríptico que ha preparado para la exposición. Entonces surge en nuestro diálogo una reflexión que me ha recordado a Juan Gris, a quien tanto se asemeja, que prefería no hablar de su trabajo porque el artista no debe aburrir con cosas que ya se conocen de su obra, y de ésta conviene hablar con reserva, o mejor aún, no hablar. Y así lo hicimos para remitirnos a su texto.

La calle en cuesta. Óleo sobre lienzo (73x60 cm.)
El texto del tríptico dice así:

Cuando en enero de 2020 proyecté realizar la exposición que informa este catálogo no podía adivinar que se acercaban acontecimientos que influirían en mi obra. Comienza un confinamiento y con él desaparece la mirada al exterior que motiva tantas ideas al contacto con personas y lugares. Y de manera más o menos consciente comienza un proceso de introversión en el que se revisa la obra anterior, la muy anterior y la reciente. De las conclusiones a las que llego surgirán ideas que tendrán que experimentarse en el lienzo y una obra con notas diferentes comienza a aparecer.

De los cuadros que presento, los dos de mayor tamaño son anteriores al confinamiento y los restantes van gestándose escalonadamente.

De imágenes abigarradas, algunas con cierto toque de humor, se evoluciona a una mayor simplicidad. Línea y plano continuarán siendo los ejes en la construcción del espacio. El futuro queda esbozado de momento en cuadros de pequeño y mediano tamaño en los que se deriva hacia una figuración de concepto más abstracto.

No hay mal que por bien no venga, dice el refrán. Carlos Merodio.

Cesto con flores y jarra. Óleo sobre lienzo (30x54 cm.)

En la cama. Óleo sobre lienzo (54x73 cm.)

En las películas es peligroso bañarse. Témpera (59x39 cm.)

Merodio, de Carlos Merodio, en Galería Orfila, en calle Orfila, 3 de Madrid hasta el 31 de marzo de 2021.
La sombra. Boceto. Grafito y rotulador (21x21 cm)


EXPOSICIÓN EN GALERÍA ORFILA ENERO 2018

Estas son obras de la anterior exposición de Carlos Merodio en Galería Orfila en 2018. Nunca antes las había publicado por lo que creo que son interesantes para conocer un poco más la línea creativa del artista.

Alegraba asomarse a la ventana. Óleo sobre lienzo (100x100 cm.) 

Bodegón castellano. Óleo sobre lienzo (46x73 cm.) 

Margarita Sánchez Pi. Óleo sobre lienzo (35x27 cm.)

La playa desde la cocina. Óleo sobre lienzo (100x81 cm.)

martes, 2 de marzo de 2021

Carmela García

En la Sala Canal de Isabel II podemos ver la exposición Autoras de utopías”, una selección de obras de la fotógrafa canaria Carmela García, y alguno de sus proyectos de nueva producción; en ellos la autora elabora narrativas para un mundo distinto, un ensalzamiento sublime y bello del feminismo donde las mujeres se encuentran "liberadas de encorsetamientos y clichés", todo ello guiado a través de una excelente diálogo entre el espectador y sus imágenes; "mediante este posicionamiento, ha construido sus distintos trabajos artísticos en los que las mujeres son absolutas protagonistas, mostrándonos imágenes que rompen los esquemas de los géneros binarios, ofreciendo unas identidades genéricas más abiertas, plurales y flexibles, mediante las que rompe la hegemonía social de la heterosexualidad". Carmela García, -concluye la nota de la exposición- "desde el principio, se interroga acerca de las imágenes de las mujeres en la sociedad, investigándolas y cuestionando la mirada masculina con discursos visuales claramente feministas. A partir de aquí os dejo con la imágenes y los textos de la exposición

Las nietas del Lyceum o Tertulia, 2020
La artista española Ángeles Santo (Girona, 1911-Madrid 2013), realizó en 1929 una pintura al óleo titulada Tertulia en la que representa a cuatro mujeres modernas, libres, en actitud distendida, leyendo, fumando y formando parte de una tertulia literaria. Una obra que puede verse como una reivindicación de la mujer, su independencia y profesionalización en los años veinte del pasado siglo español, y que lentamente iba fraguándose, como sucedió con la existencia del Lyceum Club Femenino (LCF) de Madrid (1926-1939), una asociación de mujeres que luchó por la igualdad social y jurídica de estas, la defensa de sus intereses, y de su profesionalización.

Un mundo nuevo, en el que Carmela parte de la realidad y se encamina a una utopía en la que las mujeres, en su pluralidad sexo-genérica, se encuentran libremente y ofrecen redefiniciones de sus propias existencias. Una especie de deconstrucción de lo que la sociedad patriarcal ha establecido sobre lo que las mujeres son y deben ser, y una reconstrucción de un ideal feminista del mundo, donde se encuentren liberadas de encorsetamientos y clichés. Para ello, parte de experiencias y prácticas de mujeres de la historia que, saltándose las reglas y supeditaciones, consiguieron crear núcleos de resistencia, de convivencia o de sororidad, creando colectivos, prácticas y formas de vida alternativas al statu quo existente.
Chicas, deseos y ficción, 1998
Mujeres que ocupan espacios públicos y privados en actitudes cotidianas, relacionándose unas con otras, desde la sororidad y la complejidad hasta las muestras de afecto y de deseo. Escenas de encuentros, de esperas, de sensualidad, de miradas y de observaciones.
Hacen visible su lesbianismo, sus expresiones afectivas y sus conductas e interrelaciones. Unas imágenes que retratan instantes congelados de gran belleza compositiva y estética, en los que se muestra ese mundo de chicas en su variedad y multiplicidad, visualizándolas, normalizándolas en la pluralidad, conductas no hegemónicas que buscan ser normalizadas.

La exposición se desarrolla en cinco espacios temáticos con cinco utopías vividas por mujeres arriesgadas, inteligentes y transgresoras a través de los proyectos Chicas, deseos y ficción (1998), las series fotográficas Paraísos (2002-2005), Escenarios (2007), Casting (2007-2008) y I Want to Be (2006-2008) , la proyección Espacio de silencio (2004) y la nueva producción audiovisual Seres equívocos (2020).

Paraísos (202-2005
De nuevo observamos obras que pueden ser ubicadas dentro del amplio espectro del ecofeminismo, al proponer un universo habitado en armonía, respeto y encuentro de las mujeres libres con la naturaleza, a la vez que ofrece una sublimación del paisaje.

Paraísos 2002-2005

Fotograma de video proyectado en la sala

Autoras de utopías, de Carmela García, en Sala Canal de Isabel II, en calle Santa Engracia, 125 de Madrid, hasta el 02 de mayo de 2021.