lunes, 24 de marzo de 2025

Ignacio Zuloaga


Este cuadro, Retrato de la condesa Mathieu de Noailles (1913) de Ignacio Zuloaga, pertenece al Museo de Bellas Artes de Bilbao, lo he fotografiado en la exposición Proust y las artes, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, excelente semblanza del escritor francés a través de un recorrido por sus trabajos y una rica muestra de pinturas de sus contemporáneos. La obra está enfocada sobre el rostro de la condesa lo que dificulta la visión de los lados, los cortinajes y el cielo. En lo que respecta a autores españoles, cabe destacar la mención que Proust hacía a los tejidos de Fortuny, en su obra cumbre En busca del tiempo perdido,  por lo que era de prever la presencia telas y trajes de Fortuny en la exposición, no así, y es sorprendente, que en esta obra de Zuloaga no se haga mención al pintor autor del cusdro. La cartela comenta sobre ella: "Anna de Noailles se casó con el conde Mathieu de Noailles, primo de Robert de Montesquiou. Poetisa, conoció en 1898 a Proust, con el que mantuvo una interesante correspondencia. Los dos textos más interesantes de nuestro autor sobre la condesa son una larga crítica a su libro Les Éblouissements, y el inserto en Jean Santeuil, donde aparece como Madame de Réveillon".

Proust y las artes, en Museo Thyssen-Bornemisza, en Paseo del Prado, 8 de Madrid hasta el 8 de junio de 2025.

REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES SAN FERNANDO DE MADRID

Retrato de la condesa Mathieu de Noailles (1913) Óleo sobre lienzo (0,60x0,60 m.)

Sobre la anterior obra de Zuloaga es interesante al observador este pequeño lienzo de la condesa Mathieu de Noailles que podemos ver en el Bellas Artes de San Fernando. La cartela del mismo es bastante esclarecedora -las cartelas de este museo suelen ser bastante buena-, en ella podemos leer: "Este pequeño lienzo es un estudio para el conocido retrato de cuerpo entero  que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Bilbao (nº 82/50) . Anna de Brancovan, de origen rumano, fue excelente poeta y escritora, así como mecenas del arte y anfitriona admirada en los círculos literarios y aristocráticos parisinos. Zuloaga interpreta magistralmente la personalidad y elegancia de su modelo en este retrato de espléndida y libre factura". La obra, concluye, fue adquirida con cargo a la Herencia Guitarte.
Retrato de Julieta con abanico (1927) Óleo sobre lienzo 0,80x0,65 m.

Otra de las obras de Zuloaga en el Bellas Artes de San Fernando es este magnífico Retrato de Julieta con abanico (1927). En la cartela identifica a la modelo, aunque la obra merece más espacio, en ella se dan unas pinceladas sobre el autor: "De formación casi autodidacta, Zuloaga fue reconocido por primera vez en París en 1899 y, más tarde, en Estados Unidos. Su producción artística se caracteriza por la amplia representación de paisajes y retratos, dos de los géneros que más cultivó. Destacable es este retrato de Julieta, una de sus modelos habituales en la ciudad parisina , representada de medio cuerpo en un ambiente típicamente español al vestirla con mantilla negra, guantes y abanico abierto". La obra fue donada por el propio Zuloaga a la Academia en 1932.

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en calle Alcalá, 13 de Madrid

domingo, 23 de marzo de 2025

Cerámica Amazonía peruana


Chomos volantes, cerámica con diseño kené. Detrás diseños Iskonawa sobre tela.

Quizá sea ésta una de las exposiciones donde menos información he llegado a recabar sobre la técnica ceramista, esta vez sobre la cerámica de la Amazonía peruana. Son tres piezas realmente interesantes de Agustina Valera y Oliver Agustín: Chomos volantes (2018-2020) Cerámica y diseño kené. La exposición gira en torno a la cultura indígena y se hace hincapié en su escasa difusión. Es difícil averiguar primero qué es el chomo al que se refiere la obra, no así el diseño kené, decoración o "conjunto de diseños del grupo étnico Shipibo-Conibo y los diseños del grupo étnico Iskonawa alcanzan a representar una visión abstracta de sus territorios".







Otra pieza interesante es un panel de azulejos de cerámica vidriada, obra de Christian Bendayán, del Taller de cerámica Iturri, titulado Fila india/Recuerdo de Iquitos (2020). En él se representan siete mujeres jóvenes de las que cabe destacar a modo de tatuajes las piernas de seis de ellas con diseño kané.

Christian Bendayán. Fila india/Recuerdo de Iquitos (2020)

Sobre este tipo de cerámica, la cartela narra la evolución de las poblaciones de ribera: "En 1864, con la llegada de los barcos a vapor a la aldea de Iquitos, se inicia el desarrollo de la economía industrial en la Amazonía peruana. Los pequeños puertos se convirtieron en ciudades; casa revestidas de azulejos llegados de Europa, y la instalación de estudios fotográficos fueron indicios de una modernidad vinculada a la llamada  "belle époque" o "art nouveau"; y concluye, "En los últimos cincuenta años, como parte de procesos sociales que afectan a la nación peruana, la migración interna desde la Amazonía a la capital se masificó, principalmente por parte de los miembros de la comunidad Shipibo-Conibo, y con ellos el arte del Kené se ha incorporado en los últimos años a los lenguajes artísticos contemporáneos, participando de nuevos procesos globales de divulgación y de mercado".

Olinda Silvano. De la serie Patrones de kené (2021) Acrílico sobre lienzo

Las obras que se exponen pertenecen a la Colección Hochschild Correa, la entrada es libre hasta el 06 de abril en el Museo Lázaro Galdiano en la calle Serrano, 122 de Madrid.


MUSEO DE AMÉRICA

Después del paseo por el Lázaro Galdiano, en una visita al Museo de América ha sido necesario  un inesperado encuentro con la cultura Shipibo en sus vitrinas para continuar con esta entrada. Buscaba otras culturas pero encontré estas piezas con la misma liturgia Kené, magníficas. Busqué esta entrada para ampliarla con nuevas fotografías e incorporar los comentarios de las cartelas, museísticos, pero comentarios al fin, que enriquecen al lector. En el trayecto por el museo no sólo se aprecian los materiales, la cultura y su legado, sino las personas, por lo que la percepción del objeto es muy diferente -la obra de arte es, por así decirlo, un lujo, una exhibición, un diseño, y el objeto es una herramienta, un útil que representa una necesidad en el que queda impresa la impronta del personaje.

Vasija o Joni Chomo mostrando los mismos diseños kené utilizados en la
pintura corporal. Cultura Shipibo. Alto Amazonas. Cuenca del Ucayali, Perú
Siglo XX. Cerámica pintada

Vasija. Cultura Shipibo. Alto Amazonas. Perú. Siglo XX. Cerámica

Vasija con diseños denominados kené. Cultura Shipibo. Alto Amazonas
Cuenca del Ucayali, Perú. Siglo XX. Cerámica pintada


Museo de América, en Avda. de los Reyes Católicos, 6 de Madrid.

domingo, 9 de marzo de 2025

Cristina de Middel


Llegué tarde a esta exposición de Cristina de Middel (1975). Era enero de 2024. Al día siguiente clausuraban la muestra en la Sala Canal de Santa Engracia; luego creí haber perdido las fotografías que hice y lo lamenté porque la obra me gustó, tenía un punto crítico y humano muy atractivo, el punto que alcanzan los maestros. Había visto obras de de Middel y había coincidido con ella y, he de confesar que esta vez me encontré muy a gusto frente a las obras que se exponían. Casi me echaron de la exposición y tuve que conformarme con las pocas fotografías que había hecho hasta entonces. Pasado un tiempo no podía recordar los lugares donde se tomaron las fotografías, ni recordar las cartelas y, ni siquiera saber, si las había, pero, como me dijo una vez un fotógrafo, la imagen debe transmitir emociones, y quizá sea esta la causa por la que las traigo recuperadas del accidental olvido, invitando al lentor a estas emociones, quizá sea desde Afganistán, quizá desde México, donde la frontera física y humana es más profunda, más hiriente, más determinante.






Y todas debían tener una cartela, o un lema que las identificara. Por fin averigüé el título, al menos, de la exposición: Cartas al director. El título, aunque parece ser equívoco, da paso a una serie de fotografías, proyectos, según puedo leer en alguna de las crónicas que se hicieron de la muestra, que trasladan al espectador a las crónicas periodísticas del momento. Yo prefiero quedarme en las imágenes que vi, en las connotaciones que percibí a través de ellas, la lucha por la vida, de una u otra forma, el valor intrínseco de las imágenes, los protagonistas, algunos retratados, fusil en mano o con el rostro tapado, de espaldas, anónimos en la frontera. Ese es el valor: la emoción.





Cristina de Middel, Cartas al Director, en Sala Canal Isabel II, en calle Santa Engracia 125 de Madrid

jueves, 6 de marzo de 2025

Andreu Alfaro

ESCULTURA EDIFICIO CUZCO IV


Obra sin título que en principio pasa bastante desapercibida. Estuve unos años trabajando frente a ella y aunque parece que la obra quedó en el recuerdo, hasta que comencé a trabajar en esta entrada no llegué a recordarla. Sigue inhiesta, como un abanico que se abre al public9o que circula por esta plaza -años de yupis, coches de lujo, grandes aparcamientos, empresas punteras, prostitución de lujo, hoteles mastodónticos, brutalistas, impersonales. Recuerdo frente a ella un quiosco de flores y un invidente que vendía iguales. Todo en la plaza era y sigue siendo anónimo dentro de su grandiosidad.


En el catálogo razonado se reseña la obra como Escultura (a) 1979. Colección privada en espacio público. Se ilustra con una fotografía en blanco y negro en la que la obra resalta el reflejo del acero sobre la sombra que refleja el edificio vecino. 12 metros de altura (1200 cm.)



PUERTA DE LA ILUSTRACIÓN: PLAZA DE LOS ARCOS


Hacía pocos años que había llegado a Madrid y se estaba urbanizando la zona norte de la ciudad, entre los proyectos estaba el cierre de la M.30; de la carretera de Colmenar, a la altura del Hospital La Paz, se proyectó la avenida de la Ilustración, un largo camino dirección a El Pardo. Se hablaba aquellos días que dicha avenida estaría jalonada de varias esculturas, una de Palazuelo, que finalmente no se instaló y otra, pasado en parque de La Vaguada -diseño de César Manrique- y un caminante de Antonio López que tampoco llegó a instalarse. Se dijo que pesaba demasiado y que posiblemente el firme no soportaría una escultura de bronce 20 metros de alto, o quizá los 20 eran las toneladas de la obra -todo está muy difuso en el tiempo, era medidos los años 80 del siglo pasado-; pero sí se construyó un monumental grupo, unos arcos, una obra que se titulaba Puerta de la Ilustración (1984), y que los madrileños pronto bautizaron simplemente como plaza de los Arcos, de Andreu Alfaro. La obra propiciaban y sigue proporcionando un extraordinario efecto óptico a los conductores por un lado, que los atravesaban por debajo, y para los peatones que se veían obligados a bordear la gran plaza donde estaban instalados e incluso atravesarlos también por debajo. Originalmente el pavimento estaba adoquinado, pero el tráfico generaba demasiado ruido, por lo que se decidió asfaltar la calzada quedando sólo la zona peatonal con el adoquinado original y protegido el grupo por una hilera de bolardos de granito que en principio deben evitar que el despiste de un conductor invada el área que delimita la obra.




La obra consiste en veintiséis arcos semicirculares que a distancia regular van decreciendo en tamaño, construidos en acero al parecer tuvo un proceso técnico complejo para su construcción e instalación, mide 23 metros de alto, 84 de largo y 33 de ancho.


MUSEO DE ESCULTURA AL AIRE LIBRE DE MADRID

Andreu ALFARO (1929) Un món per a Infants (1971) Acero inoxidable

Tres imágenes de la misma obra, Un mòn per a Infants de 1971. Un juego óptico, una noria, una carraca en movimiento, una obra obra abierta, cíclica, el movimiento. Hay días que detrás de la obra se oye fluir de la cascada de un ensueño que parece reñir junto a la de su vecino, una obra de Leoz, otra estructura de acero, cerrada, introvertidad.





MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO DE MADRID. CUARTEL CONDE-DUQUE

Alfaro, Andreu (Valencia 1929-Valencia 2012)
Seguretat (2001) Mármol de Ulldecona

Obra del artista valenciano realizada con mármol de Ulldecona que el visitante puede ver en la sala del Museo de Artes Contemporáneo de Madrid, en el cuartel Conde Duque. La cartela indica sólo lo que transcribo al pie de la imagen; no obstante, y sin más comentarios, la página del Ayuntamiento da las medidas de la obra 54x54x9 cm.