CALLE DE LA PRINCESA DE MADRID
En la calle de La Princesa en Madrid, al principio, bajando a la derecha antes de llegar a plaza de España, se encuentra la plaza de los Cubos. No sé si se llama así en realidad, de los Cubos, o se llama así por la escultura de Gustavo Torner, en realidad la escultura se llama Reflexiones, una obra abstracta a base de cubos de acero que el observador no sabe si interpretar un movimiento o, como decía Zóbel de la obra de Torner, un mundo equívoco y borgiano, o una secuencia de poliedros que avanza hasta caer desde su pedestal en la profundidad, en los bajos de la calle Princesa. En frente, al fondo, están los Juzgados de lo Social, la antigua Magistratura de Trabajo. Sea como sea, era donde se firmaban y firman los despidos, se pactan los contenciosos laborales. En esta época, paseando por la plaza para salir a la calle Ventura Rodríguez, las mañanas soleadas, se pueden ver a mucha gente desayunando al sol, uno piensa en seguida que deben ser abogados laboralistas, que dejan los expedientes, carpetas de cuero en la silla vacía que hay a su derecha, listos para ser sancionados.
Y sobre la mesa cruasanes a la plancha, mantequilla y mermelada, abren los ordenadores portátiles, el teléfono móvil junto al portafolio de cuero, se inclinan hacia atrás, m8entras el camarero les sirve un café con leche, y fingiendo esperar una llamada, o a un colega, o a un cliente, de repente descubren esa mole de cubos que parecen perder el equilibrio y desmoronarse, y mientras caen, reflejase en cada cara los colores de los letreros de las cafeterías, azules, rojos, verdes,...
Los Cubos o Reflexiones, de Gustavo Torner, en calle de la Princesa, 3 de Madrid.
MUSEO DE ESCULTURA AL AIRE LIBRE DE MADRID
Al concebir esta escultura, Plaza-Escultura, Gustavo Torner (1925) nos explica la web del Ayuntamiento de Madrid, que el artista pensó en representar una plaza con una fuente, de manera que el público no se diera cuenta de que todo era una escultura, excepto aquel que "con sensibilidad y atención mirase detenidamente".
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Plaza-Escultura, granito y cobre (1972) |
Plaza-Escultura está diseñada, según comenta
Torner, como un conjunto unitario en el ámbito en el que se sitúa, en la calle Serrano, y desde donde domina el espacio que abarca el conjunto del museo, desde esta calle hasta el paseo de la Castellana. En principio se concibe su construcción en piedra porosa donde pueda crecer vegetación, no obstante, varios cambios en el diseño original, ésta se coloca sobre una base de granito. También estaba pensada la construcción de una fuente que proporcionase una lámina de agua que haría de espejo reflejando el entorno y tampoco se llegó a construir fuente alguna. Sobre esta base, en principio pensada en un material más rústico, como cemento, se coloca cuatro elementos geométricos que sustentan una esfera inexistente tan sólo perceptible al espectador sensible. Estos cuatro elementos están construidos en cobre lo que proporcionaba a la obra un color rojizo que contrastaría con el negro original del pedestal; hoy día ese color ha desaparecido producto de la oxidación del metal. Por todo ello, el espectador debe hacer un esfuerzo para desentrañar tanto el significado de la obra original como el actual, algo realmente imposible.
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En la base de mármol podemos ver el reflejo del edificio de enfrente; en la idea original esta superficie se cubría con una fuente y una fina lámina de agua que proporcionaría el efecto de espejo. |